Las definiciones de liderazgo suelen centrarse en sus aspectos transaccionales y transformacionales. Los transaccionales se refieren a cómo conseguir que se hagan las tareas dentro de un grupo e incluyen la planificación, la organización, la medición, la comunicación, la corrección del proceso y la remuneración del equipo; todo lo que podríamos llamar tareas de influencia. Los aspectos transformacionales están vinculados al establecimiento de visiones, la generación de ideas, la motivación del equipo, la estimulación del pensamiento creativo y la representación y la marca del equipo en el mundo exterior; todo lo que podríamos denominar la influencia social.
A lo largo del camino, un buen líder debería adoptar y usar rasgos de su personalidad para ayudar a suavizar las tareas y los procesos sociales, como ser auténtico, empático, sensible y considerado. Un líder efectivo se pone en la piel de los que están siendo dirigidos en lugar de ejercer una posición de fuerza, ser distante o mantenerse por encima de los demás.
Steve Jobs dejó de lado estos modelos tradicionales. No siguió ni la estructura ni la secuencia del típico enfoque organizativo. Su modelo no era el tipo de proceso al que la mayoría de nosotros estamos acostumbrados.
El estilo de Steve estaba mucho más enfocado, más basado en los detalles, y era mucho más evangelizador. Construyó una visión sobre el consumidor y sobre el producto, una cultura innovadora fuerte y una mentalidad para conseguir que se hicieran las cosas.
Steve empezó con el consumidor, creó una visión y construyó, nutrió y perfeccionó una cultura innovadora dentro de su organización. Una vez creado este contexto, entonces definió la tarea (producto), creó la pasión en el equipo y en el mercado para conseguir que todo se hiciera, y después lo vendió.
La fuerza de la visión, la pasión y la cultura innovadora de Steve que ya estaban en marcha hicieron que la generación de la pasión dentro del grupo, después con la tarea y en último lugar con las ventas, fuera mucho más sencilla de conseguir.
Una definición que a Steve le habría gustado. Mucha gente ofrece complejas explicaciones sobre qué es el liderazgo, qué es lo que hace y qué rasgos de personalidad requiere; podemos dedicar un montón de tiempo a esa cuestión. O bien podemos ir hacia una definición simple y que vuelve a lo básico, que le habría gustado a Steve Jobs: "El liderazgo es conseguir que la gente quiera, y sea capaz, de hacer algo importante". Vale la pena analizar los tres componentes de esta definición.
Muchos líderes erróneamente confían más en la coerción que en la motivación para conseguir que los empleados quieran hacer algo. La coerción hace que la gente tenga que hacer algo, pero no algo que realmente quiera hacer. A pesar de que los empleados de Apple generalmente reciben buenas retribuciones y tienen un entorno de trabajo agradable, la empresa no ha usado normalmente este tipo de incentivos para movilizar a la gente o a los proyectos. En lugar de esto, la mayoría de los empleados suscriben la visión y quieren formar parte de algo grande.
Esta idea alcanzó su punto culminante cuando el iPod se convirtió en su propia recompensa; la gente que trabajaba en el proyecto hizo un esfuerzo extra, no para obtener opciones sobre acciones o primas, sino porque quería tener uno.
Muchos líderes olvidan que los individuos y los equipos deben estar provistos de las herramientas y los recursos para conseguir que realicen sus tareas, y los líderes deben despejar el camino y eliminar los obstáculos. Los individuos y los equipos quieren recursos y apoyo, y consejo cuando lo necesiten.
La última parte de la frase, “hacer algo importante”, es crucial, puesto que la gente estará más unida si es para hacer algo grande. Además, si la gente pone mucho empeño en cosas que, finalmente, resultan no ser importantes, rápidamente dejará de malgastar su esfuerzo.
El modelo de liderazgo de Steve Jobs. A pesar de que el estilo de liderazgo de Steve Jobs desafiaba la sabiduría convencional, se pueden identificar seis elementos que, en términos generales, pueden entenderse como seis pasos cuya repetición le hacía diferente y que él seguía de forma instintiva.
El núcleo del estilo y el éxito de Steve era centrarse firmemente en el consumidor y en el producto. Esto en sí mismo le diferenciaba de muchos líderes corporativos, que se centran más en la organización y en las cifras.
Igualmente extraordinario fue el "tejido conectivo" que añadió a esto para conseguir que el producto se hiciera y después se comercializara.
Es en este aspecto donde muchas empresas fracasan. Pueden conocer bastante bien a sus consumidores, y pueden tener buenas máquinas para fabricar productos. Pero algo se pierde en la traducción. Es ilustrativo en este sentido el caso de las empresas japonesas. Igual que Steve, las empresas japonesas son muy cercanas a sus consumidores y a sus necesidades, y pueden elaborar productos excelentes. Pero la falta de tejido conectivo entre ambas cosas, la ausencia de creatividad y de habilidad para diseñar un resultado holístico, y una reticencia cultural a pensar de forma diferente interfieren en su camino.
Pero lo que hizo que Jobs fuera realmente diferente, es unir los dos pasos que hay entre conocer al consumidor y fabricar un producto perfecto y rompedor. Estos pasos son la Visión (la traslación de la experiencia del consumidor y sus necesidades a una necesidad de un producto y un concepto) y la Cultura (la creación y la nutrición de una cultura organizativa innovadora que consiga que las cosas realmente se hagan y se superen las expectativas de todos).
Pero los productos no se venden solos, y Steve también era un experto en el lanzamiento y la creación de expectativas alrededor de sus productos. Su Mensaje incluía no solo los mensajes hacia el público consumidor, sino también los mensajes a los equipos internos para mantenerlos muy motivados, muy centrados en sus tareas y muy deseosos de abordar el siguiente "iProducto".
Estos cinco pasos definen el producto correcto y lo llevan al mercado correcto. Pero Jobs tenía algo más: su propia Marca personal. Los buenos líderes consiguen que las cosas se hagan, pero la mayoría no encuentra el enfoque correcto para venderse a sí mismos, sus organizaciones y sus éxitos como lo hacía Steve Jobs. La creación de la Marca personal es lo que perpetúa su éxito.
Son, por tanto, seis pasos o elementos los que conforman el modelo de liderazgo de Steve Jobs: consumidor, visión, cultura, producto, mensaje y marca personal. Veámoslos con más detalle.
Javi Viteri
Muy bueno, ayuda a mejorar las competencias de liderazgo, visión y marca personal modelando a alguien que lo hizo con excelencia