Quién, no cómo

Introducción

¿Te ha pasado alguna vez que tienes una idea que te entusiasma, pero no tienes tiempo para llevarla a cabo? ¿Eres de los que piensa que la única forma de que las cosas salgan bien es que las hagas tú mismo?

Si tu respuesta es “sí”, no te preocupes. Es lo normal.

Si eres como la mayoría de la gente, lo primero que haces cuando imaginas un futuro más grande es preguntarte:

"¿Cómo puedo lograr este objetivo?"

Y aunque esta pregunta parezca lo normal, lo cierto es que es la peor pregunta que te puedas hacer (si es que quieres una vida más plena, claro).

Aun así, preguntarte el “Cómo” es lo que te han enseñado toda la vida a preguntarte. Todo nuestro sistema de educación se basa completamente en el “cómo”.

Se nos enseña desde pequeños que tenemos que hacer todo nosotros mismos.

También se nos dice que recibir o pedir ayuda de otros es “hacer trampa” y que además es algo que no deberías hacer en absoluto.

¿Pero qué pasaría si te haces una pregunta diferente?

¿Qué pasaría si en el instante en que tuvieras un nuevo objetivo en mente, en lugar de postergarlo y sentirte frustrado, pudieras pasar inmediatamente a la acción?

O, ¿qué pasaría si pudieras lograr resultados más potentes, sin tener que hacer todo el trabajo tú mismo?

O mejor aún…

¿Qué pasaría si pudieras imaginar y lograr varios objetivos grandiosos, y al mismo tiempo?

Ahí es donde dejas a un lado el “cómo”…

Y empiezas a preguntarte el “quién”.

Si te interesa ser más libre con tu tiempo y tu dinero, aumentar tu plenitud, explotar tu ambición, o volverte la mejor versión de ti mismo. Entonces quédate.

Llegó la hora de que te hagas la pregunta correcta.

Una nueva pregunta

Profundicemos un poco más en las cosas de las que te hablé antes, empezaré siendo directo contigo:

Si quieres tener un futuro mucho más grande y potente, entonces debes dejar de preguntarte “¿Cómo puedo lograr esto?”. Esta pregunta te llevará muchas veces a resultados mediocres y, en el peor de los casos, a una vida de arrepentimientos.

En cambio, una pregunta mucho mejor es: “¿Quién puede ayudarme a conseguir esto?”.

La simplicidad de esta pregunta puede ser engañosa, pero piensa por un segundo en la forma en la que se expandirían tus propósitos si tuvieras brillantes “Quiénes” que hicieran que tus metas sean más fáciles de lograr.

Cuando buscaba dónde publicar mi libro, pasé meses preguntándome cómo lo haría. No podía ponerme en marcha sin antes haber negociado con una editorial, y no sabía cómo hacer para resolver mi problema. Hasta que me hice la pregunta correcta: ¿quién puede ayudarme?

La respuesta fue mi amigo Tucker. Le conté mi situación y en tan solo dos semanas ya había firmado un contrato con una famosa editorial gracias a él, ya que resulta que era un gran amigo del CEO. Él resultó ser mi “quién”.

Cuando estás tratando de lograr algo difícil o que nunca habías hecho antes, probablemente necesitas un Quién. Y cuanto más grande es el desafío, más esencial es.

Lo interesante aquí es que cada Quién necesita un Quién. ¡Esto te incluye a ti! Tucker fue el mío al ayudarme a encontrar una forma de publicar mi libro, pero yo también fui el suyo, pues las ventas del libro hicieron fortalecer la amistad entre él y su amigo ya que él nos presentó.

¿Lo ves?

Cuando estés listo para obtener resultados específicos, en algún momento tendrás que enfrentarte a la verdad de que son producidos por los Quiénes y no por los Cómos.

A lo largo de esta aventura, te contaré varios ejemplos de esta realidad y de cómo esta nueva pregunta te puede llevar a conseguir resultados grandiosos en no solo el ámbito profesional, sino en todas las áreas de tu vida.