Pretotipar esto

Resumen del libro

Pretotipar esto

Por: Alberto Savoia

Estar seguro, tan rápido y tan barato como sea posible, de estar construyendo lo correcto antes de construirlo
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Introducción

 

En este mismo momento, millones de personas en todo el mundo están invirtiendo su corazón, alma, esperanzas, sueños, tiempo, dinero y energía en desarrollar nuevas ideas que, una vez lanzadas, fracasan miserablemente.
Los prototipos tradicionales pueden ayudar a probar y validar el potencial de mercado de las nuevas ideas. Sin embargo, en muchos casos el desarrollo de un prototipo adecuado es muy difícil, costoso y lleva mucho tiempo. Es normal invertir semanas, meses o años, y cientos de miles o millones de dólares en el desarrollo de prototipos. Por otra parte, la mayoría de los prototipos están diseñados para responder a preguntas como “¿Podemos construirlo?” o “¿Va a funcionar como se espera?”, en lugar de centrarse en cuestiones tales como “¿Deberíamos construirlo?” o “Si lo construimos ¿la gente lo comprará y lo utilizará?”. A menos que se pueda responder a las últimas preguntas de manera afirmativa, las primeras tienen poca importancia.
Los prototipos pueden ayudar a fracasar más rápido, pero muchas veces no lo suficientemente rápido o de manera suficientemente barata. Cuanto más se invierte en algo, más difícil es dejarlo marchar y admitir que no era lo correcto. Una vez que se tiene un prototipo funcionando, es tentador seguir trabajando e invirtiendo en él un poco más. Así nos decimos cosas como “Si añadimos esta función estoy seguro de que la gente finalmente va a usarlo”. Los prototipos a menudo se convierten en productipos: un prototipo que ha ido demasiado lejos. Y finalmente nos metemos en un callejón sin salida donde podemos decir adiós al fracaso rápido.
Entre las ideas abstractas y los prototipos tenemos los pretotipos. Los pretotipos hacen que sea posible reunir valiosos datos de mercado y de uso para tomar una decisión sobre si seguir o no en el desarrollo de una idea nueva. Todo ello a una fracción del coste de los prototipos: horas o días en lugar de semanas o meses, y centavos en lugar de dólares. Pretotipar ayuda a fallar y recuperarse rápidamente y a liberar un montón de tiempo, dinero, energía y entusiasmo para explorar nuevas ideas para llegar a algo que la gente pueda querer.
Las probabilidades están en gran medida en contra del éxito de la mayoría de las ideas. Supongo que no será nuevo para usted y que habrá oído muchas veces estadísticas similares a las siguientes:
  • El 90 % de todas las aplicaciones móviles no ganan dinero.
  • Cuatro start-ups de cada cinco hacen perder dinero a los inversores.
  • El 80 % de los nuevos restaurantes cierra en el primer año.
Una de las cosas más derrochadoras y costosas que podemos hacer es seguir trabajando en algo incorrecto con la esperanza de que seremos capaces de convertirlo en un éxito a través de la fuerza de voluntad y el esfuerzo. Por desgracia, esto ocurre muy rara vez.

 

¿Qué es pretotipar?

Antes de entrar de lleno en el concepto de pretotipo le propongo analizar dos casos que a mí me hicieron reflexionar y que me sirvieron para conceptualizar la técnica del pretotipado: el experimento voz-a-texto de IBM y el de Palm Pilot.
El experimento voz–a–texto de IBM. Hace algunas décadas, mucho antes de la era de internet y antes de los albores de los omnipresentes ordenadores personales, IBM era más conocido por sus computadoras centrales y máquinas de escribir. En aquellos días, escribir en teclados era algo en lo que muy pocas personas destacaban. El resto, escribía con un dedo, lenta e ineficientemente.
IBM estaba en una posición ideal para aprovechar los negocios de la tecnología informática para desarrollar una máquina de voz-a-texto. Este dispositivo permitiría a las personas hablar frente a un micrófono, haciendo que sus palabras aparecieran “mágicamente” en una pantalla sin necesidad de escribir. Tenía el potencial para hacer ganar un montón de dinero a IBM, y tenía sentido para la empresa hacer una apuesta a lo grande.
Sin embargo, había un par de problemas importantes. Los ordenadores, en aquella época, eran mucho menos potentes y más caros que en la actualidad, y la voz-a-texto requería mucha potencia de cálculo. Por otra parte, incluso con la potencia de procesamiento adecuada, la transcripción voz-a-texto era (y sigue siendo) un problema informático muy difícil de resolver.
Algunas personas en IBM no estaban convencidas de que todas las personas y empresas que habían dicho que “sin duda querían comprar y usar” una de estas máquinas de voz-a-texto en realidad lo terminarían haciendo. IBM quería poner a prueba la viabilidad empresarial de este dispositivo, pero incluso un prototipo básico estaba a años de distancia. En su lugar, idearon un ingenioso experimento.
Pusieron a los clientes potenciales del sistema voz-a-texto en una habitación con una torre de ordenador, una pantalla y un micrófono, pero sin el teclado. Les dijeron que habían construido una máquina de voz-a-texto y querían probarla para ver si a la gente le gustaba usarla. Cuando los sujetos de la prueba comenzaron a hablar sus palabras aparecieron en la pantalla. Casi de inmediato ¡y sin errores! Los usuarios quedaron impresionados.
Lo que realmente estaba sucediendo, y lo que hace de este un experimento interesante, es que no había máquina de voz-a-texto, ni siquiera un prototipo. La computadora que había en la habitación no era real y en la sala contigua había un mecanógrafo que escuchaba la voz del usuario y transcribía lo que decía… con un teclado, a la antigua usanza.
¿Qué aprendió IBM de este experimento? Después de que inicialmente se sintieran impresionados por la “tecnología”, la mayoría de las personas que habían mostrado interés en la máquina cambiaron de opinión. Incluso con la transcripción rápida y cercana a la perfección del mecanógrafo humano, veían demasiados problemas, entre ellos que los usuarios sentían molestias en la garganta al final del día, se creaba un entorno de trabajo ruidoso, y no lo veían adecuado para material confidencial.
Después de los resultados de este experimento, IBM siguió invirtiendo en la tecnología de voz-a-texto, pero a una escala mucho menor, no apostando el futuro de la compañía en ello. Al final resultó que esa fue la decisión de negocio adecuada. Los teclados son difíciles de superar para la mayoría de las tareas de entrada de texto.
El experimento de Palm Pilot. Introducida en 1996, la Palm Pilot era un dispositivo digital del tamaño de la palma de la mano con cuatro funciones básicas: un calendario, una libreta de direcciones, una lista de cosas por hacer y un medio para tomar notas simples. Palm Pilot fue el primer PDA (Personal Digital Assistant) que tuvo éxito. Sin embargo, Jeff Hawkins, cofundador de Palm y uno de los inventores del Pilot, no dio por sentado el éxito final de las PDA. Todo lo contrario. De acuerdo con un reportaje de marzo de 1998 en la revista Time:
Hawkins, de 40 años, jefe de tecnología de Palm y creador de Pilot, diseñó uno de los primeros ordenadores de mano, el GRiDPad, hace una década. Fue una maravilla de la ingeniería, pero un fracaso de mercado porque, según dice, todavía era demasiado grande. Decidido a no cometer el mismo error dos veces, tenía una respuesta preparada para cuando sus colegas le preguntaran cómo de pequeño debería ser el nuevo dispositivo: “Vamos a probar con el bolsillo de la camisa”.
Retirándose a su garaje, cortó un trozo de madera para adaptarlo al bolsillo de una camisa. Luego lo llevó durante meses, simulando que era un ordenador. ¿Tenía libre el almuerzo del miércoles? Hawkins sacaba el bloque y punteaba en él como si estuviera mirando el calendario. Si necesita un número de teléfono, simulaba buscarlo en el bloque de madera. De vez en cuando probaba diferentes aspectos del diseño con diversas configuraciones de botones, con papel impreso pegado al bloque.
Se puede imaginar la reacción de la gente cuando Hawkins sacaba un trozo de madera del bolsillo y tecleaba simulando que era un dispositivo real. Debieron pensar que estaba loco. ¡Sí, loco como un zorro! Ese pedazo de madera con un papel impreso convenció a Hawkins de que se hallaba en el camino correcto. Había respondido a la primera y más importante pregunta: “Si yo tuviera una Pilot, ¿realmente la llevaría conmigo y la utilizaría?”. Y su respuesta fue un rotundo “¡Sí!”. Ahora podía centrarse en la siguiente serie de preguntas: “¿Podemos construirlo tan pequeño?”, “¿Cuánto cuesta construirlo?”, “¿Cuánto tiempo duran las baterías?”. Era el momento de invertir en la construcción de un prototipo adecuado.
La Palm Pilot no solo fue un éxito, fue un gran éxito y tuvo un tremendo impacto. Fue el predecesor de los teléfonos inteligentes de hoy, y todo empezó con una pequeña pieza de madera, igual que Pinocho.

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Biografía del autor

Alberto Savoia

Alberto Savoia es el cofundador de Pretotype Labs LLC, una consultora tecnológica basada en herramientas de desarrollo ágil. Fue director de Ingeniería y agitador de la Innovación en Google durante cuatro años, donde, entre otras cosas, dirigió el desarrollo y lanzamiento de Google AdWords.
Antes de trabajar en Google, fue director de Investigación de Tecnología de Software en Sun Microsystems Laboratories y cofundador y CTO de dos start-ups.
El liderazgo del pensamiento de Alberto en el área de las herramientas de desarrollo de software y la innovación ha sido reconocido con numerosos premios. Alberto es un solicitado conferenciante y autor en temas de innovación y herramientas de desarrollo de software. Más información en www.pretotyping.org.

Ficha técnica

Editorial: Alberto Savoia

ISBN: B007JLHL78

Temáticas: Estrategia y modelos de negocio Management Mejora de procesos

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