Introducción
Este libro sacude los estereotipos acerca de la gente que odia el networking. Estas personas no son necesariamente tímidas o misántropas, sino reflexivas, y prefieren pensar antes de hablar. A estas personas les han dicho que el networking consiste en charlar y realizar contactos constantemente, y por eso deducen que no es para ellas. Pero sí lo es. Devora Zack destroza a través de estas páginas los consejos tradicionales sobre el networking que pretenden ser universales y que están hechos para un tipo de personas, generalmente extrovertidas. Este libro también ayuda a aquellos a quienes ya les gusta el networking, enseñándoles a relacionarse mejor con personas que tienen distintos estilos. Cada uno según sus propias cualidades puede convertir el networking en una pieza clave en su desarrollo personal y profesional.
Todo el mundo habla de la importancia de tener una buena red de contactos y de hacer relaciones públicas, pero qué pasa si estamos abrumados y no tenemos tiempo para relaciones sociales; somos introvertidos y no sabemos cómo iniciar relaciones; no nos gusta perder el tiempo con conversaciones insustanciales; o no estamos conectados a las nuevas tecnologías. La propuesta de la autora es que nadie tiene que dejar de ser quien es para poder establecer una buena red de contactos. Una persona introvertida puede también ser un buen orador o un networker eficaz. Los introvertidos son muy selectivos con las relaciones y con el modo en que emplean su tiempo. El networking que hacen los introvertidos exige una concentración más profunda en menos individuos, una práctica que reviste un elevado potencial para forjar relaciones duraderas. Cada uno debe encontrar su ritmo.
Por qué odiamos el networking
Imagínese que usted participa en un encuentro dedicado al networking. Llega media hora tarde. Entra en la gran sala y se ve acosado por los sonidos y la actividad que reinan por doquier. Su ritmo cardíaco se acelera, su pulso también, y la adrenalina fluye por sus venas. Su frente se llena de imperceptibles gotitas de sudor. Involuntariamente mira el reloj, aunque solo hace un instante que ha llegado. ¿Por qué ha venido a esta reunión? Seguramente tenía un motivo lógico, pero se está diluyendo con rapidez. Usted odia esta actividad y no quiere someterse a semejantes bobadas superficiales. ¡Y pensar que en vez de estar aquí podría encontrarse a solas en otro sitio, incluso leyendo un libro!
Su mente identifica la situación como una amenaza y su cuerpo reacciona al peligro percibido igual que si un tigre diente de sable pudiera saltarle encima en cualquier momento atravesando la pared. Debido a la evolución biológica de la especie humana, nuestras respuestas fisiológicas siguen activando la respuesta de luchar o huir. La mayor parte de su sangre se concentra en sus extremidades, preparándole para la batalla o para una huida prolongada. ¿De dónde procede toda esa sangre extra? ¡Buena pregunta! De su cerebro. Su mente dona sangre a sus brazos y piernas. Este éxodo sanguíneo enturbia su mente y no le permite pensar con claridad. Por lo tanto, cuando alguien se le acerca y le formula una pregunta sobre usted, su respuesta sale a trompicones; usted se ha convertido en una sombra de su verdadero yo.
La charla interior es el modo en que hablamos con nosotros mismos mentalmente. Toda persona tiene sus propios patrones, estilos y hábitos de hablar consigo misma. Debemos acabar con el mito de que la charla interior negativa es más honesta, en cierto sentido, que la positiva. La charla interior positiva es más realista. La charla interior negativa exagera el impacto de los acontecimientos. ¡Ha sido un desastre! La he pifiado y ya no lo podré arreglar. No pienso asistir otra vez a una reunión de networking. ¿Se machaca usted con una charla interior que refuerza la idea de que no es una persona interesante, digna de atención o de confianza? ¿Qué mensaje de audio permite que retransmita constantemente, día tras día, su emisora mental?
La charla interior positiva dice algo así: ¿Sabes una cosa? Como tengo intención de cambiar de trabajo, fui a una actividad de networking. Sí, es cierto que poco después de llegar me manché de espinacas la camisa blanca. Hubo un momento en que, por accidente, me presenté usando el nombre de la otra persona, porque estaba leyendo su tarjeta identificadora y me confundí. Pero superé el obstáculo que suponía estar allí y, en ocasiones, todo el mundo se mancha. La próxima vez que vaya a una reunión así, comeré en casa.
La charla interior negativa atribuye la culpa, mientras que la positiva exige aceptar la responsabilidad o lo que nos plantee la situación, sea lo que sea. La charla interior positiva sustituye la perspectiva de una víctima por el enfoque de un alumno: ¿cómo pudo pasar eso?, ¿qué puedo aprender?
El hecho de que a usted le guste el networking, lo tolere o lo aborrezca está directamente relacionado con su diálogo interior. ¡Nunca es demasiado tarde para renovar sus circuitos cerebrales! Imagine que tiene usted una foto con un marco negro, que no es nada especial. Un día le cambia el marco, eligiendo uno totalmente personalizado, que acentúa los colores de la fotografía. Entonces parece que no solo es el marco sino toda la fotografía la que ha mejorado. Este ejemplo nos ofrece el fundamento de la reestructuración. De modo habitual, enmarcamos las experiencias basándonos en nuestras percepciones y experiencias pasadas. Que dediquemos un instante a colocar un nuevo marco a las cosas puede alterar drásticamente nuestra comprensión de los sucesos y las personas.
El concepto de reestructuración resulta especialmente útil para los enemigos del networking, los agobiados o los poco conectados. ¿Cree que es un buen networker? Si no es así, ¿por qué no lo cree? Muchas personas asocian el networking con acercarse a los desconocidos, charlar con ellos y divulgar libremente información personal. ¿Qué pasa si reestructuramos el networking convirtiéndolo en una oportunidad para forjar relaciones con sentido, que exige habilidades como escuchar, centrarse y profundizar? ¿Cree usted que tiene estas habilidades? ¿Cambia esto su respuesta visceral al concepto del networking?
Cambiar los hábitos es difícil y la charla interior negativa es resistente. Resulta más complicado deshacerse de los hábitos no deseados que rascar los residuos de la etiqueta pegajosa que viene en unos vasos recién comprados. Pero el esfuerzo vale la pena. La mejora de la charla interior casi no requiere tiempo, dado que todo está contenido en su estupenda cabeza. La charla interior positiva mejora su perspectiva, su actitud y su estado de ánimo. Es conveniente añadir algún consejo a esto: en lugar de intentar reprimir todos los pensamientos limitadores, empiece a potenciar su consciencia; porque de lo contrario es lo mismo que si le dijeran “No piense en un elefante rosa”: inevitablemente pensará en ello.
Luis Alejandro Agudelo
Si sientes que eres introvertido este libro te da buenas herramientas para que no tengas que cambiar tu personalidad sino aprovecharla. Si te sientes que eres extrovertido te da las herramientas para que puedas formar relaciones con conexiones más profundas y por supuesto utilizar tus habilidades.