Introducción
En 1914 el intrépido explorador Ernest Shackleton se embarcó, junto a su equipo de marineros y científicos, en el intento de realizar la primera travesía de la Antártida. La crónica de esta extraordinaria expedición representa una historia sin igual en los anales de la supervivencia: el barco destrozado por la presión de los hielos, la tripulación abandonada a su suerte en medio del helado Mar de Weddell, peligrosísimos viajes en barcas a través de las tormentas del Océano Antártico, un puñado de seres humanos luchando durante largos meses contra el frío, el hambre y el desánimo, al límite de la capacidad humana en las situaciones más extremas.
Sin embargo, día tras día a lo largo de esta angustiosa aventura, Shackleton guió a su equipo dando pruebas de un ánimo, una creatividad y una perspicacia inigualables. Su actuación ofrece una lección de liderazgo de especial valor para el mundo empresarial actual, donde la competencia salvaje, los rápidos cambios y la constante demanda de innovación han llevado, incluso hasta a las más prósperas compañías, al borde de la supervivencia, donde las situaciones límite son cada vez más frecuentes.
Este es el primer libro que interpreta la expedición de Shackleton desde la perspectiva empresarial, extrayendo de ella diez lecciones maestras sobre las habilidades necesarias para convertirse en un gran líder. Partiendo de la narración verídica de los hechos por los tripulantes del Endurance, con casos prácticos de empresas actuales e indicaciones acerca de la implementación de las estrategias de liderazgo en el entorno de los negocios, estas lecciones sirven de inspiración para potenciar al máximo nuestro rendimiento personal y profesional.
La saga de Shackleton
El noruego Roald Amundsen llegó al Polo Sur en 1911, y en los primeros días de 1912 la malograda expedición británica de Robert F. Scott consiguió lo mismo. Sin embargo, en 1914 nadie había atravesado aún el continente helado, por lo que el territorio permanecía inexplorado. El experimentado explorador Ernest Shackleton estaba convencido de ser la persona que lograría realizar la travesía de la Antártida y así fue como el Endurance zarpó a finales de agosto de 1914 con el objetivo de atravesar el continente.
Dicho objetivo hubo de ser abandonado cuando el hielo del Mar de Weddell comenzó a cerrarse como un anillo en torno al Endurance. Pasaron los meses y el barco quedó atrapado entre la nieve y el hielo. Este último se fue empotrando implacablemente contra el casco hasta que, el 27 de octubre de 1915, el día 327 de la expedición, los mástiles se desplomaron, los laterales se rompieron y el barco quedó inutilizado. Esto obligó a la tripulación a realizar un viaje de cientos de kilómetros en trineo sobre el hielo, atravesando el helado Mar de Weddell, y después en bote hasta el árido islote conocido como Isla Elefante.
Una vez allí, reconstruyeron uno de sus pequeños botes salvavidas y Shackleton, acompañado de otros cinco hombres, navegó hasta las islas de Georgia del Sur en busca de ayuda. Este viaje de Shackleton y sus hombres, a bordo del frágil James Caird, les permitió llegar hasta su objetivo, aunque no a la zona que ellos buscaban. Shackleton y los dos hombres más aptos para efectuar la travesía a pie de la isla se encaminaron hacia la estación ballenera de Grytviken, en el extremo opuesto del punto que habían alcanzado con el James Caird.
Los hombres que habían permanecido atrás pronto fueron rescatados, pero quedaban los de la Isla Elefante, cuya situación era crítica. Shackleton luchó por conseguir ayuda para el resto de su tripulación y realizó tres intentos fallidos de salvamento con tres barcos diferentes. Por fin, a finales de agosto de 1916, 128 días después de la partida del bote James Caird y 634 días tras el inicio de la misión del Endurance, los 22 hombres que habían permanecido en la Isla Elefante fueron rescatados.
El viaje de Shackleton fue una hazaña extraordinaria no sólo porque los tripulantes consiguieron regresar vivos, sino por el excepcional liderazgo y trabajo en equipo que se vivieron durante todo el tiempo que duró la aventura. El hecho es que, además de sobrevivir, lo lograron con un nivel excepcional de atención y camaradería.
Carles Pijoan Martín
Una historia muy inspiradora. ¡Buenas lecciones de liderazgo!
Yael Miranda
Me encantó. La escuela de Harvard tiene un curso gratuito basado en este libro. Ya tiene tiempo que lo tomé, pero lo puede encontrar en su página oficial: https://online.hbs.edu/courses/
Grover Robles gallo
grande Yael Miranda
Grover Robles gallo
Los líderes con éxito, en lugar de esperar que las cosas vayan bien, deben estar preparados para que todo vaya mal. momento boom.