Introducción
Todos somos conscientes de que el mundo ha cambiado muchísimo en estos últimos años. Y esto no tiene pinta de parar en un futuro próximo. Vivimos épocas de cambios, de una complejidad y una competitividad sin precedentes. A nivel individual nos enfrentamos a una saturación de información, a un desequilibrio entre la vida personal y laboral, y a mucha incertidumbre en lo que se refiere al trabajo y a la seguridad.
La tecnología nos ha dado herramientas para tener mucha más libertad en la vida. Nuestras elecciones como consumidores son ilimitadas: pedimos comida y nos la traen al cabo de unos minutos, tenemos acceso a miles de millones de personas de todo el planeta, y, sin embargo, no creo que estemos tan bien equipados cuando se trata de encaminar convenientemente nuestras vidas.
No desarrollamos las habilidades necesarias para luchar en el mundo actual, ni en la escuela, ni en la universidad, ni siquiera para tratar con el jefe. Disponemos de toda la información y el conocimiento necesarios a nuestro alcance y, a pesar de estar mucho mejor situados que las generaciones anteriores, no actuamos con eficacia cuando se trata de resolver nuestra vida y darle un propósito.
¿Cuáles son las habilidades que nos ayudarán a ser verdaderamente eficaces en la vida, y no solo en el trabajo, sino también en casa y con nuestros seres queridos? ¿Cuáles son esas habilidades no solo al empezar nuestra vida laboral, sino también a lo largo de toda la vida, a medida que vamos cambiando y pasando por distintas fases?
Las habilidades blandas son aquellas de las que se nutren las personas que tienen éxito, que son eficaces y felices. Para mí, estas habilidades son competencias personales muy significativas que nos ayudan a cada uno de nosotros a enfrentarnos mejor a los cambios, y que sacan el mejor partido de las oportunidades venideras y de las que ya están presentes en nuestra vida. Son las habilidades que, como resultado, nos permitirán ser más felices en la vida.
Los conocimientos y las habilidades técnicas pueden conseguirte una entrevista de trabajo, pero son las habilidades blandas las que harán que consigas empleo. Te aportarán la tenacidad y la perseverancia que necesitas para iniciar tu propio negocio, asumir riesgos y adaptarte al cambio en plena incertidumbre. Además, tus habilidades blandas te ayudarán a explotar mejor las diversas herramientas de las que dispones para conectar, ganar dinero, trabajar a distancia y hacer tu trabajo de la manera más conveniente posible.
Es fantástico que las habilidades que necesitamos hoy en día podamos desarrollarlas y reforzarlas. Es algo con lo que ya contamos, y este libro te muestra por qué son tan importantes tanto en el momento presente como en el futuro. Descubrirás la manera de desarrollar estas habilidades, de aplicarlas y, en consecuencia, de alcanzar el éxito.
La adaptabilidad
La adaptabilidad es una cualidad atractiva. A todos nos gusta creer que somos flexibles y adaptables, que sabemos trabajar en equipo. Eso significa que no somos rígidos y no nos atascamos, que estamos abiertos a los cambios y a los retos. Si de verdad eres adaptable, es más que probable que sepas gestionar el cambio con elegancia y sin problemas, que no te dejes llevar por lo inesperado y seas mucho más feliz. Sin embargo, la mayoría, en realidad, nos resistimos más al cambio de lo que pensamos.
La adaptabilidad puede definirse como la capacidad de cambiar, de encajar circunstancias inesperadas o nuevas. Todos tenemos la capacidad de ser adaptables; si no tuviéramos integrados esta cualidad, no seríamos capaces de funcionar en el mundo. Nuestra capacidad de adaptarnos probablemente sea mucho mayor de lo que creemos y esto se debe a que es una habilidad de supervivencia básica: la capacidad de adaptarnos con mayor rapidez a la circunstancia actual es lo que nos ha permitido a los seres humanos prosperar y realizar progresos sólidos desde los tiempos de las cavernas.
El cambio es difícil, porque queremos seguir viviendo en nuestra zona de confort, y nos resistimos de forma natural a hacer cualquier cosa que nos exija abandonarla. Por consiguiente, es preciso que los que no estemos tan abiertos al cambio hagamos un esfuerzo consciente y lo emprendamos, los que sí lo estemos, también. Nuestras zonas de confort van a tener el tamaño que queramos. Agrandaremos el tamaño de nuestra zona de confort comprometiéndonos a realizar determinadas actividades y tareas, a tener pensamientos y experiencias que nos desmarquen de sus límites.
La zona de confort es esa zona donde todo es fácil y no se corren riesgos. Pero donde tampoco ocurre nada fantástico ni excitante. Justo fuera de tu zona de confort, se encuentra la zona del “tramo final”, en la que uno aprende y crece. En ese lugar puedes sentirte un poco incómodo, porque estás penetrando en zonas nuevas y distintas, pero todavía sigues siendo capaz de manejarte. No es fácil, pero tampoco es imposible.
Sin embargo, si vas demasiado lejos en esta dirección entrarás en la zona del pánico, que es un mal lugar donde aterrizar, como ya sugiere el mismo nombre. Aquí no hay aprendizaje ni crecimiento que valgan, porque estamos tan alejados de nuestra zona de confort que terminamos viviendo en modo lucha o en modo huida. La zona del tramo final es donde deberíamos situarnos, y la mejor manera de lograr que aumente nuestra capacidad de adaptación es asegurarnos de que vamos a pasar mucho tiempo viviendo allí.
En la actualidad, es más importante que nunca ser flexible y ágil, tener muchos recursos y creatividad para responder con eficacia a los desafíos y aprovechar las nuevas oportunidades que puedan ir apareciendo. Si te preguntas la razón, te diré que ahora las cosas están cambiando a una velocidad mayor que antes, y que van a un ritmo que jamás se había visto. El cambio ya está aquí, parece que va a ser una constante y, como ya hemos visto durante estos últimos años, habrá muchas decepciones y viviremos tiempos difíciles.
La adaptabilidad es una habilidad de la que todos podemos beneficiarnos. No solo puede servirnos para adaptarnos mejor a los cambios importantes que nos trae la vida, sino que además puede lograr que esa vida sea más feliz e interesante cada día. Si te adaptas mejor a tu día a día, irás mejor equipado para enfrentarte a esos cambios fundamentales que te saldrán al paso. Porque… ¡seguro que salen! Y posiblemente sea para mejor.
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Biografía del autor
Emma Sue Prince
Emma Sue Prince es una educadora británica especialista en aprendizaje experiencial y en el desarrollo de habilidades sociales. Está convencida de que es posible desarrollar las siete habilidades del libro, que son las que permiten cambiar conductas sociales. Además, dirige unimenta.com, desde donde promueve el desarrollo de estas habilidades.
Ficha técnica
Editorial: Empresa Activa
ISBN: 841699725X
Temáticas: Innovación, desarrollo y cambio Desarrollo profesional Crecimiento personal y psicología positiva
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David Sánchez
Muy interesante! Creo que todos deberíamos de conocer estas habilidades blandas, realizar un ejercicio de autoanálisis periódicamente, y trabajar aquellas en las que creamos que tenemos margen de mejora. Muy recomendado. :)