La quietud es la clave

Introducción

En un mundo dominado por el ruido, la prisa y el constante bombardeo de distracciones, encontrar un momento de paz parece una tarea cada vez más inalcanzable. La búsqueda incansable del éxito, la productividad a toda costa y la necesidad de estar siempre "conectados" nos han llevado a un estado de agitación perpetua que, paradójicamente, nos aleja más que acerca a nuestras verdaderas metas y bienestar.

Ha llegado el momento de parar. Hacer un alto en el camino y preguntarnos si nuestro método de recorrerlo está valiendo la pena. ¿Es esta la vida que deseábamos llevar, frenética e incontrolable? ¿O en realidad desearíamos poder recorrer nuestra vida en calma, disfrutando de cada instante sin condenar a nuestra mente a la inmediatez?

Esa alternativa es posible. Podemos aprender a desacelerar, reflexionar y cultivar dentro de nosotros un espacio de tranquilidad que nos acompañe en cualquiera de nuestras tareas, en cualquiera de las circunstancias a las que nos veamos sometidos. Esa alternativa nos puede ayudar a descubrir lo que para nosotros es esencial, nos puede reconectar con nuestros deseos olvidados y nuestras capacidades. Esa alternativa se llama “quietud”, y en los próximos minutos aprenderás a dominar la tuya.

¿Qué es la quietud?

Para Ryan Holiday, la quietud es ese oasis de calma en medio del ruido constante. Para el poeta Rainer Maria Rilke, sería esa experiencia donde "todo lo casual y próximo enmudece", una paz mental que nos impulsa a concentrarnos y multiplicar nuestro rendimiento en el trabajo, o que así mismo nos sirva para descubrir nuestro mundo interior sin las interrupciones cotidianas que parecemos obligados a sufrir.

Pero este concepto no es para nada nuevo: grandes filósofos como Séneca ya lo aplicaban. Al fin y al cabo, la Roma de Séneca era, como mínimo, igual de ruidosa que nuestras calles de ahora… Y aun así él lograba serenarse antes de su escritura. ¿Cómo?

Centrándose en distinguir entre lo que estaba bajo su control y lo que no. En otras palabras: cambiando lo posible y aceptando lo inevitable. Su capacidad para "templar sus nervios" frente a cualquier amenaza fue lo que le permitió ser un gran pensador en una ciudad que apenas permitía esa actividad.

Pero… ¿Realmente es la quietud tan importante? Sin duda. Fíjate en esta metáfora del budismo para ilustrarlo: imagina el mundo como un lago de agua fangosa. Necesitas esperar a que se asiente, a estar en calma, si deseas descubrir lo que esconde en su interior. De otro modo nunca lograrás distinguir nada.

Por eso es imprescindible dominarla e implementarla en nuestras vidas por muy difícil que parezca. Porque sí, la quietud requiere determinación y práctica, como experimentó Séneca. Pero no hay un camino alternativo si queremos descubrir el interior de ese agua, esos secretos que se ocultan a nuestro alrededor sin darnos cuenta.

Sabiendo esto te preguntarás: ¿cómo se domina esa quietud? Concentrándonos en tres aspectos: mente, cuerpo y espíritu, y reduciendo las perturbaciones de cada uno. Comencemos con el primero de ellos.