Introducción
Al contrario de lo que mucha gente piensa, el bienestar no consiste en ser feliz. Tampoco se trata únicamente de gozar de buena salud o de tener éxito. Y, desde luego, no se limita al buen estado físico o a la comodidad. Si nos esforzamos por conseguir cualquiera de estos privilegios por separado, lo más probable es que solo consigamos frustrarnos y sentirnos fracasados. Para alcanzar el bienestar debemos ser capaces de interconectar cinco elementos esenciales en los que se basa el bienestar: el bienestar profesional, el bienestar social, el bienestar económico, el bienestar físico y, por último, el bienestar comunitario.
Si alguna vez has comprado libros, has visto vídeos o has asistido a cursos que prometen ayudarnos a hacer dinero, perder peso o mejorar nuestras relaciones, te habrás dado cuenta de cómo un enfoque intensivo en una única área puede actuar en detrimento de tu bienestar general. Solo tienes que pensar en cuánta gente dedica una cantidad excesiva de tiempo y energía a su trabajo a costa de sus relaciones personales. El bienestar se basa en la combinación, por tanto, de los cinco elementos citados, que en definitiva consisten en nuestra satisfacción con lo que hacemos cada día, la calidad de nuestras relaciones, la confianza en nuestro estado financiero, nuestra buena salud y el orgullo con el que asumimos cómo hemos contribuido en nuestras comunidades. Y, lo más importante, se basa en cómo esos cinco elementos interactúan entre sí.
Bienestar profesional
Imagina que mantienes unas excelentes relaciones sociales, gozas de seguridad económica y de una buena forma física, pero no te gusta lo que haces a diario. Es probable que pases la mayor parte de tus reuniones sociales manifestando tu preocupación por tu horrible trabajo o, simplemente, quejándote. Esto te causará una tensión que pasará factura a tu salud. Si tu bienestar profesional es escaso, será fácil que, con el tiempo, acabe afectando a otras áreas.
Para apreciar adecuadamente cómo influye nuestra profesión en nuestra identidad y bienestar, ten en cuenta qué sucede cuando alguien pierde su trabajo y se mantiene desempleado durante un año entero. Un estudio de referencia, publicado en The Economic Journal, reveló que el desempleo podría ser el único suceso importante en la vida de una persona del que uno no se recupera por completo hasta pasados cinco años.
No es necesario que te paguen a fin de mes para alcanzar el bienestar profesional, pero sí lo es encontrar una actividad con la que disfrutes y tener la oportunidad de desarrollarla cada día. Si esto significa trabajar en una oficina, ser voluntario, criar a tus hijos o emprender tu propio negocio, es lo de menos. Lo que realmente importa es que permanezcas comprometido con la carrera u ocupación que escojas.
Acuérdate de cuando, en el colegio, asistías a una clase que te interesaba más bien poco. Puede que tus ojos se clavaran en el reloj o que mantuvieras la mente en blanco. Es posible que recuerdes la ansiedad con la que esperabas que el timbre sonara para poderte levantar de la silla y cambiar de actividad. Más de dos tercios de los trabajadores de todo el mundo experimentan algo similar al final de la jornada laboral.
Cuando las personas que están implicadas en su trabajo comienzan su jornada laboral, disfrutan de una experiencia completamente diferente a la de aquellos que no están involucrados. En un estudio realizado con 168 empleados, la satisfacción y el interés a lo largo del día fueron significativamente mayores para los primeros (los implicados). A la inversa, los niveles de estrés de los que no estaban implicados eran sustancialmente superiores. Y, quizá lo más sorprendente, los niveles de estrés de estos últimos decrecían hacia el final de la jornada laboral, que era cuando se mostraban más satisfechos. Esto no quiere decir que, si te apasiona tu trabajo, seas inmune al cansancio y al estrés. Es evidente que trabajar más de sesenta horas a la semana es una mala idea, por mucho que te guste lo que haces.
Los grupos de trabajadores más desmotivados que hemos estudiado son los que tenían un jefe que ni siquiera les prestaba atención. Si tu jefe te ignora, tus posibilidades de sentirte desmotivado o de ponerte agresivo en el trabajo aumentan un 40 %. Si tu superior al menos te hace caso —aunque solo lo haga respecto a tus puntos débiles—, las probabilidades de que estés poco involucrado descienden a un 22 %. Pero si tu jefe se centra principalmente en tus aptitudes, la posibilidad de sentirte desmotivado es tan solo de un 1 %.
El cortisol es una hormona que se libera como respuesta al estrés y actúa aumentando la presión arterial y los niveles de azúcar en sangre, al mismo tiempo que bloquea el sistema inmunológico. Es esencial para la actividad normal y son necesarios algunos picos en los niveles de cortisol para desencadenar nuestro reflejo de lucha o huida cuando nos encontramos en peligro. Pero es frecuente que percibamos algunas situaciones como más graves de lo que realmente son.
Así como la activación de este reflejo de lucha o huida es muy útil en casos de verdadera emergencia, no es de mucha ayuda en embotellamientos de tráfico o en reuniones de trabajo caldeadas. Estas no son situaciones de vida o muerte, pero nuestro cerebro no capta la diferencia. Por tanto, la transición de un relajado domingo, el menos estresante de los días de la semana, a una mañana de lunes en un centro de trabajo en el que no estamos involucrados puede perjudicarnos físicamente.
La gente con alto bienestar profesional se levanta cada mañana con la expectativa de hacer algo concreto ese día. Trabajen en casa, en un aula o en un cubículo de oficina, cuentan con la posibilidad de usar sus aptitudes cada día para evolucionar. Tienen una meta clara en sus vidas y un plan para conseguirla. En la mayor parte de los casos, tienen un superior que los motiva y amigos con los que comparten su pasión.
Aunque creas que las personas con alto bienestar profesional pasan mucho tiempo trabajando, en realidad dedican más tiempo a disfrutar de la vida, a tener mejores relaciones y a no subestimar las cosas. Y, sobre todo, adoran lo que hacen cada día.
Luis Alejandro Agudelo
Excelente saber que solo centrándonos en un área de bienestar no estaríamos aprovechando el total ni la sinergia que ocurre si nos centramos en las 5 areas de bienestar.
Cristian Navarro Fernández
Muy buen libro. Información útil que te explica la importancia de los elementos fundamentales para alcanzar un buen estado de bienestar, con datos impactantes (pero sin andarse por las ramas) y herramientas útiles y alcanzables para poder trabajar en este aspecto fundamental de la vida.
Ricardo Morales
Me encanto