Introducción
Desde la publicación de La Buena Suerte, de Álex Rovira y Fernando Trías de Bes, más de tres millones de personas en todo el mundo han disfrutado de la entrañable fábula de Sid y Nott, dos intrépidos caballeros decididos a encontrar la prosperidad.
El tema de la suerte, y cómo parece sonreír a unos pocos y pasa de largo para la mayoría, ha obsesionado a generaciones enteras de personas. Y es que hay dos tipos de suerte, la de los juegos de azar, efímera y totalmente impredecible, y la Buena Suerte, con mayúsculas, aquella que aparece cuando se crean las circunstancias apropiadas para que ocurran cosas positivas.
Esperamos que la lectura de esta fábula, un éxito mundial de ventas y traducida a más de cuarenta idiomas, le sirva de inspiración para alcanzar lo que siempre deseó en su vida personal o profesional.
El reto de Merlín
Hace mucho tiempo, en un reino muy lejano, un mago llamado Merlín reunió a todos los caballeros del lugar y les dijo:
—Hace tiempo que muchos de vosotros me pedís un reto. Algunos me habéis sugerido que organice un torneo entre todos los caballeros del reino. Otros habéis pedido que organice un concurso de destreza con la lanza y la espada. Sin embargo, voy a proponeros un reto diferente.
La expectación entre los caballeros era máxima.
Merlín continuó:
—He sabido que en nuestro reino, en un plazo de siete noches, nacerá el Trébol Mágico. Es un trébol de cuatro hojas único, que proporciona al que lo posee un poder también único: la suerte sin límites. Sin límite de tiempo ni límite de ámbito. Proporciona suerte en el combate, suerte en el comercio, suerte en el amor…
Los caballeros hablaban y hablaban entre ellos con gran excitación. Todos querían encontrar el Trébol Mágico de cuatro hojas.
De nuevo, Merlín aplacó los murmullos y tomó la palabra:
—¡Silencio! Aún no os lo he dicho todo. El Trébol Mágico de cuatro hojas nacerá en el Bosque Encantado, más allá de las doce colinas, detrás del Valle del Olvido. No sé en qué rincón será, pero nacerá en algún lugar del bosque.
Aquella excitación inicial se vino abajo. Primero se hizo el silencio y, a continuación, los suspiros de desánimo resonaron por los jardines del castillo. Y es que el Bosque Encantado era inmenso.
Ante la dificultad de la empresa, la mayoría de los caballeros abandonaron el castillo real, mascullando quejidos de protesta y dirigiendo miradas de desaprobación a Merlín cuando pasaban junto a él.
—¿Y bien? —preguntó entonces el mago—. ¿Vosotros no os vais?
Uno de ellos, que se llamaba Nott y llevaba una capa negra, respondió:
—Sin duda es difícil. El Bosque Encantado es enorme. Pero sé a quién preguntar. Creo que podré encontrar el trébol del que hablas. El trébol será para mí.
El otro, que se llamaba Sid y llevaba una capa blanca, se mantuvo en silencio hasta que Merlín le dirigió una mirada escrutadora. Entonces dijo:
—Si tú dices que el Trébol Mágico de cuatro hojas, el trébol de la suerte ilimitada, va a nacer en el bosque, significa que así será. Creo en tu palabra. Por eso iré al bosque.
Así pues, ambos caballeros partieron hacia el Bosque Encantado. Nott, en su caballo negro. Sid, en su caballo blanco.
JAVIER Riaza
Buen libro, inspirador y motivacional.
David Guzmán Quesada
Me lo disfruté un montón con mi hijo, es una forma de recordarnos que somos los responsables de nuestro propio ex, no llega por casualidad, no es producto de factores externos, es únicamente el resultado de lo que construyamos por nosotros mismos????
NACHO MACHADO
La importancia de preparar el terreno, crear las circunstancias adecuadas!