Clara, además de CMO en Influencity, es profesora en la Universidad CEU San Pablo y en la Pompeu Fabra, articulista en La Vanguardia, colaboradora en la Cadena Ser… y es una de las personas que más sabe de marketing de influencia en España.
La misión de Influencity es poner en contacto a las marcas con influencers y prescriptores en redes sociales. Se encargan de analizar la audiencia de millones de influencers de todo el mundo para conseguir campañas de marketing más efectivas.
C. R.: Hola Clara, ¿crees que ser influencer está de moda?, ¿se trata de algo pasajero?
C. M.: Puede parecer una moda pasajera, ya que estamos oyendo hablar sin parar de ese término. Pero en este último año la búsqueda de la expresión “influencer marketing” ha aumentado un 72 %. Sin duda ha venido para quedarse.
C. R.: ¿Crees que mucha gente podría autodenominarse influencer (de profesión)? ¿Se trata de una actividad profesionalizada o su profesionalización todavía es un reto?
C. M.: Nadie puede denominarse a sí mismo influencer ya que lo fundamental para serlo es que la propia comunidad así lo decida, no uno mismo. Es una actividad que se está profesionalizando. Cada vez hay más interesados en que esto sea así; los primeros, los propios influencers que trabajan de un modo serio.
C. R.: ¿Qué consideras que significa influencer? ¿Piensas que hay espacio y negocio para la microinfluencia?
C. M.: Un influencer es un prescriptor, como los ha habido siempre, solo que su influencia nace en las redes sociales. La microinfluencia es muy interesante. En múltiples ocasiones son la base de estrategias de este tipo de marketing. Es importante destacar que donde hay un cliente hay un influencer. Y puede ser muy útil trabajar con este tipo de influencers, seguramente muy de nicho, pero muy valiosos para lograr los objetivos marcados.
C. R.: ¿Nos podrías resumir cuáles son las claves que hay que tener en cuenta (por una marca) para poner en marcha estrategias de marketing de influencia con éxito?
C. M.: Primero, conocer muy bien tu mercado y tus clientes potenciales en redes sociales. Cómo se comunican, a quiénes siguen, cómo se expresan, qué esperan cuando entran en Instagram o en Twitter… Segundo, tener un objetivo claro y único. Esto es muy importante. Muchas veces se quiere abarcar demasiado buscando notoriedad y leads, por ejemplo. Pero hay que elegir una cosa u otra, ya que van a cambiar mucho la estrategia que se ha de adoptar y su desarrollo. En tercer lugar, identificar al influencer perfecto para lograr el objetivo y llegar al target marcado. Cuarto, no poner todo el peso de la campaña en ellos: los influencers crean contenido propio para transmitir un mensaje concreto; si no funciona, suele ser porque el eje de la campaña no estaba bien definido, no por culpa de los influencers. Hay que saber quién hace cada cosa. Quinto, integrar siempre la campaña de marketing de influencers con el resto de acciones de marketing que se estén llevando a cabo, como ads, offline, etc. Es mucho más enriquecedor. Y por último, por supuesto, medir la campaña en tiempo real y tener margen de maniobra para obtener de ella el máximo potencial.
C. R.: ¿Y qué puede pedir un influencer “de verdad” por un tuit, una foto en Instagram o un post patrocinado?
C. M.: ¡Es la pregunta del millón! No hay tarifas estipuladas. Cada uno cobra lo que considera según su trabajo y su nivel de influencia. Pero, por poner algún ejemplo, trabajamos con influencers que cobran 50 € por un tuit, 100 € por una foto en Instagram y 500 € por un post. Pero también tenemos influencers que cobran mucho menos y mucho más, como 1500 € por un vídeo en Instagram…
C. R.: En Influencity analizáis la audiencia y conectáis marcas e influencers para hacer campañas de marketing más efectivas. ¿Nos puedes explicar algo más sobre vuestro modelo de negocio?
C. M.: Estoy encantada de ver cómo está creciendo este mercado y saber que acertamos cuando hace dos años y medio pusimos el ojo en el marketing de influencers. Hemos encontrado nuestro sitio. Somos una startup tecnológica que crece día a día. Lo bueno es que nuestra tecnología es propia y la creamos a medida del mercado, en función de lo que va necesitando según va madurando.
En la actualidad analizamos la audiencia de los influencers (trabajamos y analizamos a más de 4 millones de influencers en todo el mundo). Así, cuando una marca nos dice que quiere llegar a un determinado público objetivo, sabemos qué influencers son los más adecuados para ello, con lo que ahorramos tiempo y logramos aprovechar toda la inversión al máximo, porque estos influencers llegan a la mayoría del target deseado.
Evitamos lo que pasa muchas veces, que se elige un influencer por otros motivos y puede que el 40 % de sus seguidores no se correspondan con el target adecuado. Digamos que nuestra misión es ayudar a afinar esta elección. Una vez identificados los influencers, realizamos toda la campaña y la marca puede ver en tiempo real lo que ocurre, quién publica y sus métricas. Y finalmente tiene el análisis para manejar toda la información.
C. R.: Se suele simplificar y pensar que los influencers solo hablan de moda, lifestyle y juegos. ¿Esto es así? ¿Se aplica la influencia a todos los segmentos? ¿En qué medida?
C. M.: Es como decir que en Instagram solo hay selfies… Es cierto que se oye más hablar de influencers en estos sectores. Pero lo real es que empezó sobre todo en el mundo de los videojuegos. Y de ahí se expandió a otros sectores. Lo que hay que puntualizar es que no podemos medir a todos los influencers de todos los sectores por el mismo rasero. Alguien influyente en moda debe tener mucha mucha influencia, con un gran engagement, en número de interacciones, seguidores reales, etc., para ser verdaderamente influyente. En cambio un “influencer de nicho”, de un sector menos común, como, por ejemplo, la medicina, seguramente no tendrá que tener tanto movimiento para contar con el mismo peso en su comunidad.
C. R.: ¿Cuál es el medio natural (red social más natural o afín) de cada influencer en cada categoría o temática?
C.M.: Sería generalizar bastante, pero, por dar algunas pinceladas, en videojuegos es YouTube; la moda se mueve mucho en Instagram; decoración, en blogs; la empresa, en Twitter; la música, los actores, etc., en Snapchat; pero es verdad que todas se nutren de todas. No son elementos estancos ni mucho menos.