Hagámoslo

Resumen del libro

Hagámoslo

Por: Richard Branson

Enseñanzas y aventuras de uno de los emprendedores más excéntricos de todos los tiempos
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¡Simplemente hazlo!

 

Cuando descubrí que mi apodo entre algunos miembros de la plantilla de Virgin era “Dr. Sí”, me hizo gracia. Obviamente, surgió porque mi respuesta automática a una pregunta, una petición o un problema suele ser más positiva que negativa. Realmente mi lema es: “A la mierda, ¡sencillamente hazlo!
Por supuesto que no digo que sí a todo. Pero qué es peor: ¿cometer un error ocasional o tener una mente cerrada y perder las oportunidades? Creo en la utilización y el aprovechamiento del conocimiento y la experiencia de otra gente, por eso me gusta trabajar holísticamente en equipo. Aprovechar la energía es como aprovechar el poder del cerebro. ¿Por qué seleccionamos a alguien para una tarea en particular si luego ignoramos su experiencia y habilidad? Es como consultar a expertos y no tener en cuenta su trabajo.
También confío en mi propio instinto y habilidad para hacer casi cualquier cosa que me propongo. Si una idea o un proyecto es bueno y merece la pena, si es humanamente posible, siempre me lo plantearé seriamente, incluso aunque nunca lo haya hecho o pensado antes. Nunca digo “no puedo hacer esto porque no sé cómo”. Pregunto, lo examino, encuentro la manera. Mirar, escuchar y aprender son cosas que todos deberíamos hacer en nuestras vidas.
Si crees que tienes una buena idea, o si hay algo en tu vida personal que quieres hacer, pero no estás seguro de cómo alcanzar tu objetivo, no creo que esa pequeña expresión “no puedo” deba detenerte. Si no tienes la experiencia necesaria para alcanzar tu objetivo, toma otro camino; busca una forma distinta. Siempre hay una solución al problema más complejo.
Les comentaré mi primer proyecto comercial real, la revista Student. Creo que es un buen ejemplo de “sencillamente hazlo”. Fundé Student cuando tenía 15 años y todavía estaba en el colegio, en un internado. No lo hice para sacar dinero. Lo hice porque no me gustaba lo que me enseñaban en el colegio, ni lo que pasaba en el mundo y quería arreglarlo.
Por entonces era un niño. Sin embargo, casi instintivamente, seguí las reglas básicas de las finanzas para preparar un sólido plan de negocio. En la biblioteca del colegio, en lugar de hacer mi trabajo, eché un vistazo a Who’s who e hice una lista de los 250 miembros del parlamento. A continuación realicé una lista similar de posibles anunciantes leyendo el listín telefónico. Con la calderilla que me proporcionó mi madre hice las primeras llamadas y envié cientos de cartas con el membrete: Student, la revista para la juventud británica.
Con los datos que me dieron en el Ministerio de Educación hice un cálculo de la posible tirada de la revista y con las grandes empresas utilicé la siguiente estrategia: le decía al responsable de publicidad del Lloyds Bank que Barclays iba a quedarse con el interior de la contraportada, ¿querrían ellos la prestigiosa contraportada antes de que se la ofreciera al Nat-West? Hice lo mismo con Coca-Cola y Pepsi. Todo dio resultado y conseguí 2.500 libras para el primer número, lo que me permitiría pagar la impresión de 30.000 copias.
Dos años después de iniciar mi proyecto todo estaba preparado –para sorpresa de muchos- y decidí (con el consentimiento y apoyo de mis padres) abandonar el colegio. En esta nueva aventura me acompañó mi amigo Jonny Gems. Juntos tratamos de conseguir contenidos que encajaran con nuestras aspiraciones. Conseguimos hacer entrevistas increíbles a gente como Jean-Paul Sartre, John Lennon, Mick Jagger, entre otros. Tenía tanta confianza en mí mismo que nunca me paré a pensar por qué estaban dispuestos a dejarme traspasar las puertas de sus casas y hablar con ellos cara a cara, y mi confianza debía ser contagiosa porque muy pocos me rechazaron.
Los comienzos fueron difíciles, pero nos ayudó mucha gente de forma desinteresada vendiendo por la calle o en las universidades nuestra revista. Incluso los periodistas de los rotativos de gran tirada se fijaron en nosotros. El Sunday Telegraph escribió: “Fotógrafos, periodistas y escritores de todos los lugares han aceptado ayudar a Student, y una fuerte organización de distribución masiva voluntaria ha crecido por los colegios y universidades permitiendo, quizás, a alrededor de medio millón de estudiantes leer la revista”.
Cada vez que surgía una nueva oportunidad, la aprovechábamos. Cuando era evidente que nuestra revista había llegado a un punto de saturación, en lugar de conformarnos, buscamos nuevas formas de hacer dinero. Nos planteamos vender discos, pero como no teníamos dinero suficiente, fuimos a ver a un hombre que tenía una zapatería en un sitio perfecto en Oxford Street, y hablamos con él para que nos dejara usar un espacio que le sobraba. Necesitábamos un nombre, y fue entonces cuando nació Virgin. Mientras estábamos sentados lanzando ideas para encontrar un nombre, alguien dijo: “Bueno, somos vírgenes en el mundo empresarial. ¿Por qué no Virgin?
Puse en práctica todo lo que había aprendido gracias a Student y trabajé duro para promocionar la apertura de aquella primerísima tienda Virgin Records en Oxford Street. Hicimos que fuera un lugar cool para los estudiantes; pusimos cojines mullidos y grandes en el suelo, y cabinas donde podrían escuchar los discos antes de comprarlos. Una tienda nos llevó a una segunda y esta a una tercera. Pronto tuvimos una tienda Virgin Records en casi todas las ciudades importantes, y todavía tenía menos de veinte años.
Mis primeras experiencias en los negocios fueron increíbles. Aprendí muchas cosas: no sólo que si quieres hacer algo, sencillamente deberías hacerlo, sino que también tienes que prepararte bien, tener fe en ti mismo, ayudar a los demás y por encima de todo, no abandonar.

¡Pásalo bien!

He leído en varios artículos que todo lo que toco lo convierto en oro. A pesar de que eso no es cierto, no niego que he hecho las cosas bien y he tenido un éxito considerable. Pero no tengo ningún secreto. Sencillamente trabajo duro, como siempre he hecho. Sin embargo, y sobre todo, intento pasarlo bien. Nuestro trabajo debería inspirarnos y satisfacernos. Pasamos tanto tiempo trabajando para ganarnos la vida que hacer algo que detestamos no tiene ningún sentido.
A propósito de pasarlo bien, tengo que contarles que nunca sabes lo que puedes encontrarte en una playa soleada... Mientras estaba de vacaciones, me hice con una isla desierta y unas aerolíneas. Sucedió por casualidad, cuando trabajaba duro para levantar Virgin Music en 1976. Mike Oldfield ya había sido nuestro primer gran éxito con el álbum Tubular Bells y continuábamos trabajando para fichar a los Sex Pistols, Human League y a Sting, así que las cosas marchaban bien. La gente dijo cosas como “Branson, un diablo con suerte que se encontró con un éxito enorme como Tubular Bells”, como si de algún modo me hubiera tropezado con él en la calle.
Sí, fue un golpe de suerte, pero fuimos los que lo reconocimos y asumimos el riesgo. Mike Oldfield había tocado recientemente en un musical que se representaba en el West End y me hizo escuchar algunas grabaciones de su Tubular Bells. Pensé que tenía ese sonido casi mágico que rara vez se presenta, pero cuando lo hace, sabes que es especial. No teníamos una discográfica, así que lo mandé a otras seis compañías que conocía para que escucharan sus grabaciones. Todas le rechazaron. Nos gustaba tanto como sonaba que formamos esta pequeña compañía, inicialmente para lanzar solamente Tubular Bells. Hacer que funcionara fue duro para un puñado de chicos como nosotros. Se necesitaba mucho dinero para promocionar su música y a nosotros no nos sobraba. Así que tuvimos que espabilarnos. Mike era demasiado tímido para promocionar el álbum, pero no abandonamos. Pensamos de manera creativa, y nos adelantamos a nuestro tiempo haciendo un video que pasamos por televisión. Pusieron mucho el video, pero un gran avance fue que se usase en la banda sonora de El Exorcista. Las ventas fueron enormes. De la noche a la mañana Virgin Music era mundialmente conocida. A pesar del éxito, nunca dejamos de buscar nuevos sonidos y nuevos talentos.
Por aquel entonces estaba pasando una mala racha a nivel personal porque mi novia Joan y yo habíamos roto. Quería hacer un viaje memorable con ella, pero no tenía dinero porque me lo había gastado todo fichando a varias bandas de música en Jamaica. Había oído que si querías comprar una propiedad en el Caribe te ofrecían una gran visita guiada gratis. Llamé a un agente inmobiliario de las Islas Vírgenes, y le dije que tenía una discográfica y que quería comprar una isla para hacer un estudio de grabación en ella.
Afortunadamente para nuestra escapada romántica, el agente respondió como esperaba. Joan y yo volamos a las Islas Vírgenes, donde nos trataron como a la realeza, sin tener intención real de comprar una isla que no podía permitirme. Al final de nuestra estancia nos enseñaron una isla en venta que el agente nos dijo que pertenecía a un lord inglés que nunca había estado en ella. Le pregunté el precio (3 millones de dólares) y yo le ofrecí 200.000. Volvimos bajando una colina y nos metimos en el helicóptero que nos había llevado a la isla. Nuestras maletas nos estaban esperando en la puerta del hotel. Nos habían echado. Pasamos la noche en un bed and breakfast de un pueblo cercano y nos marchamos al día siguiente. Era como si nos hubieran echado del paraíso.
Nuestro plan era continuar el viaje yendo a Puerto Rico, pero cuando llegamos al aeropuerto, el vuelo había sido cancelado y la gente vagaba, como si estuviera perdida. Nadie hacía nada. Pero yo decidí que tenía que hacerlo. A pesar de que no tenía ni idea de dónde me estaba metiendo realmente, con bastante aplomo fleté un vuelo chárter por 2.000 dólares y lo dividí entre el número de pasajeros. Pedí prestada una pizarra y escribí: VIRGIN AIRWAYS. 39 DÓLARES BILLETE DE IDA A PUERTO RICO. Los pasajeros agradecidos no dejaron escapar la oportunidad y compraron todos los tickets.
La idea de Virgin Airways había nacido en medio de unas vacaciones, aunque en realidad la aerolínea no despegó hasta unos años después. Nunca antes había fletado un vuelo chárter, pero, al igual que con Tubular Bells, vi la oportunidad y la aproveché. Y tengo que decir con orgullo que hoy en día nuestra aerolínea vuela a más de 300 lugares en todo el mundo y en un futuro próximo ofreceremos vuelos al espacio a través de Virgin Galactic.
De vuelta en Londres con Joan después de nuestras vacaciones, todavía tenía como objetivo comprar aquella isla fantástica que nos habían enseñado en nuestro viaje romántico. Hice algunas averiguaciones y descubrí que el dueño de la pequeña isla era rico y que, efectivamente, nunca había ido a verla, por lo que no estaba interesado en ella. Tres meses después cerré el trato por 180.000 dólares.
No todos tenemos el dinero para montar un negocio, o bien la suerte, o las oportunidades no surgen. A veces, estás contento de conseguir trabajo, cualquier trabajo, y aceptas un empleo en una fábrica o en una tienda. Puede que lo odies, pero tratas de sacar lo mejor de las cosas. ¿Pero es eso divertido? ¿Es realmente ese trabajo que odias tu única opción? No olvides nunca que no importa quién seas, tienes otras opciones.
Si, a pesar de todo, tienes que trabajar para un jefe que no te gusta, como a casi todos les pasa en algún momento, no te quejes de ello. Ten una perspectiva positiva de la vida y sigue con ello. Trabaja duro, gánate el sueldo y haz amigos. Disfruta de la gente con la que entras en contacto a través del trabajo, y si todavía eres infeliz, entonces separa tu vida privada de tu vida personal. Pásalo bien en tu tiempo libre, ten en cuenta que tu jefe o tu empresa te está pagando para que te diviertas, y te sentirás más feliz, y disfrutarás más de la vida y del trabajo.

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Biografía del autor

Richard Branson

Richard Branson es un conocido emprendedor con un insaciable apetito por empezar nuevas aventuras empresariales. Es propietario de un conglomerado de empresas reunidas entorno a la marca Virgin. Sus negocios se expanden en sectores tan diversos como la aviación, las tarjetas de crédito, bebidas refrescantes y alcohólicas, teléfonos móviles, libros, o agencias de viajes, entre otros. También es conocido por su afición a los globos aerostáticos, los aviones y las embarcaciones. En sus innumerables y mediáticas aventuras ha conseguido batir numerosos records mundiales ya sea por mar, tierra o aire.

Ficha técnica

Editorial: Virgin Books

ISBN: 9788496632332

Temáticas: Management Consejos para emprendedores

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