Introducción
Atravesamos una época de enormes cambios llamada por algunos “tercera revolución industrial”. Nos encontramos ante un giro hacia una economía basada en el conocimiento, donde éste último es el recurso más substancial, por encima de la tierra, el capital y el trabajo. Sin embargo, la mayoría de las empresas todavía experimentan dificultades a la hora de entender el conocimiento como recurso, y aún falta un marco teórico para comprender la manera de operar de las organizaciones en la economía basada en el conocimiento.
Más que una gestión convencional del conocimiento, lo que hoy precisamos es una gestión basada en el conocimiento, que explique el complejo proceso de cómo éste es creado y utilizado en las organizaciones a través de la interacción de las mismas con el entorno. En la economía del conocimiento, la empresa no sólo planifica el futuro, sino que continuamente lo crea. Lo que diferencia a las organizaciones entre sí es su visión de futuro y su capacidad para crearlo valiéndose de su sensibilidad estética para generar conocimiento.
Dado que el conocimiento y su gestión representan una acumulación de juicios de valor, una teoría de la gestión necesariamente debe contemplar los problemas éticos y estéticos. En la era de la sociedad del conocimiento en la que vivimos la cuestión principal ya no es ¿Cuánto debemos producir?, sino ¿Qué y por qué debemos producir? Son los valores de las personas y las decisiones basadas en ellos lo que determina el modo de vida de una organización, su razón de ser y el valor que ésta crea. Por ello, una empresa basada en el conocimiento creará valor preguntándose a sí misma y respondiendo cada día a la pregunta ontológica humana básica de ¿Por qué existimos? y a la pregunta estética de ¿Qué es lo bueno?
Los autores de este libro se apoyan en el concepto aristotélico de phronesis (la prudencia o la sabiduría práctica) para demostrar cómo los valores, la ética y la estética participan en el proceso de creación del conocimiento en una organización. Bajo su punto de vista, la esencia de los negocios no reside en superar a la competencia para maximizar el beneficio, sino en una búsqueda permanente de los propios estándares de excelencia. Ésta surge únicamente bajo la premisa de un compromiso inquebrantable de servicio a la organización, a sus empleados, a los clientes, a otras partes interesadas y a la sociedad en general, basado en la propia visión y valores de la empresa. Los valores se crean mediante un esfuerzo continuo por hacer las cosas de la mejor manera posible y creando el conocimiento y la innovación para alcanzar el futuro deseado. El beneficio es el resultado de esta creación del valor y no el fin en sí mismo.
Con estas ideas como punto de partida, el libro presenta las últimas tendencias en la creación del conocimiento y la teoría de la gestión empresarial, y explora la teoría de procesos en varios estudios de caso de compañías multinacionales japonesas, tales como Eisai, Honda, YKK o Toyota. Indaga en la gestión del conocimiento como un concepto global y, por tanto, resulta de interés para cualquier organización que quiera prosperar y triunfar en la economía global del conocimiento.
El marco teórico
La característica primordial del conocimiento es que se crea gracias a la interacción entre los seres humanos, lo cual hace que constituya un fenómeno subjetivo, relacional, estético y generado en la práctica. Este enfoque entiende el conocimiento como algo en continua creación que modifica tanto a la empresa como a su entorno. Lo que define a la empresa y al conocimiento que ésta crea es su capacidad práctica de hacer juicios de valor en cada situación concreta, realizando así su visión de futuro. Esta capacidad fue señalada por Aristóteles como una característica esencial de la mente humana que le permite entender la verdad. Se trata de una virtud intelectual que el filósofo llamó prudencia, sabiduría práctica o racionalidad práctica.
El concepto de sabiduría práctica se entiende por lo general como la capacidad de establecer y emprender la mejor acción posible, en una situación concreta, al servicio del bien común. Se trata de un conocimiento tácito de calidad, adquirido en la práctica, que nos permite tomar decisiones prudentes y las acciones oportunas en cada situación, guiándonos por los valores y la ética.
El Modelo SECI. El nuevo conocimiento se crea desde la interacción continua entre el conocimiento tácito y el conocimiento explícito. El modelo SECI ilustra este proceso de una manera muy completa; dicho modelo engloba cuatro modos de conversión del conocimiento: socialización, externalización, combinación e internalización.
Socialización. Al vivir en un mundo concreto, los individuos comparten y acumulan sobre el mismo un conocimiento tácito. Así, una persona puede poseer un conocimiento tácito sobre las preferencias del cliente gracias a su propia experiencia como tal. Se puede compartir el conocimiento tácito de clientes, proveedores e incluso competidores identificándose con su experiencia, lo cual ayuda a una mayor concienciación.
En la japonesa Honda Motor Co. Ltd, la filosofía del desarrollo de productos está sintetizada en los “tres principios gen”: genba (“ve al lugar concreto”), genbutsu (“conoce la situación concreta”) y genjitsu (“sé realista”). Los principios gen invitan a situar el producto allí donde se fabrica y se usa para comprender su realidad esencial. Así, cuando Honda estaba desarrollando su vehículo Fit, destinado inicialmente al mercado europeo, el equipo desarrollador viajó a Europa para observar qué tipo de coches se utilizaban en cada región y cómo. El equipo no solicitó opiniones del personal de Honda de Europa ni de otros expertos, pues quería observar de manera directa y sin ideas preconcebidas las distintas situaciones en las que la gente utilizaba sus vehículos.
Externalización. El conocimiento tácito obtenido en la fase de socialización se articula como explícito en el proceso de su externalización. Mientras que la socialización fomenta la creación del conocimiento mediante la participación directa en la misma experiencia, en la externalización el conocimiento tácito de los individuos se explicita mediante lenguaje, imágenes, modelos, documentos escritos y otros modos de expresión para compartirlo en grupo.
Los casos de externalización se dan cuando, por ejemplo, un equipo de investigación y desarrollo intenta explicar un nuevo concepto de producto, o cuando los empleados experimentados en contacto directo con el cliente intentan describir sus habilidades implícitas en un manual de formación. En la externalización, una empresa puede transmitir el conocimiento acumulado de una manera más eficaz y a mucha más gente que si el conocimiento permanece tácito.
Combinación. El conocimiento explícito se recopila tanto en el interior como en el exterior de una organización para ser combinado, editado o procesado de alguna otra manera para crear conjuntos más complejos y sistemáticos de conocimiento explícito. El nuevo conocimiento explícito se distribuye entonces por toda la organización. Los ejemplos concretos de la combinación se dan a la hora de traducir un concepto en especificaciones sobre el producto o cuando se analizan combinaciones de datos para un propósito concreto.
El desarrollo extraordinario de las tecnologías de la información y de Internet en los últimos años ha abierto el acceso a la información e intercambio de conocimiento explícito para mucha gente y de manera simultánea. La programación de “código abierto” que sustenta la creación del sistema operativo Linux ilustra cómo cientos, o incluso miles de personas, pueden colaborar en una red digital, compartir códigos de programación y trabajar de manera simultánea para acelerar el desarrollo y reducir, de manera drástica, el coste de creación del conocimiento. Este tipo de desarrollo informático a gran escala combina una amplia reserva de recursos y conocimiento de manera más eficaz si se le compara con el desarrollo a puerta cerrada por un pequeño grupo de personas.
Internalización. El conocimiento explícito se crea y comparte por toda la organización y también se convierte en conocimiento tácito en el proceso de internalización. Leer libros, por ejemplo, nos pone en contacto con una amplia gama de conocimientos explícitos. Sin embargo, la lectura por sí sola no nos permite apropiarnos de ellos. Necesitamos reflexionar sobre lo leído o intentar ponerlo en práctica para relacionarlo con nuestro propio contexto o para captar su significado esencial. El conocimiento explícito también se puede internalizar mediante simulaciones y experimentos.