Si tuvieras que definir la palabra “marketing”, ¿qué dirías?, ¿qué palabras utilizarías? Déjame adivinar, seguramente dirías “publicidad”, ¿no?
Durante mucho tiempo, la forma más eficiente que tenía una empresa comercial para generar cambios a gran escala era muy sencilla: comprar publicidad. La publicidad funcionaba. Se pagaba a sí misma. Además, te hacía famoso, hacía famosa tu marca.
Por lo tanto, ¿te extraña que, de pronto, los profesionales del marketing decidieran que lo que ellos hacían era publicidad? ¡Pues claro que no! Si durante prácticamente toda su vida marketing era publicidad.
Pero luego dejó de ser así. Lo cual significa que no te queda más remedio que convertirte en un profesional del marketing de verdad. No te queda más remedio que hacer oír tu voz.
¿Y cómo consigues hacerlo? Bueno, está el tipo de marketing que te ofrece Google, Facebook, los artículos en revistas, en periódicos. Todo eso tal vez pueda servirte. Tal vez…
Y luego está otro tipo de marketing, el marketing efectivo. Este tipo de marketing consiste en comprender los puntos de vista y los deseos de nuestros clientes para poder conectar con ellos. Se trata de que te echen de menos cuando no estás, de aportar más de lo que esperan. De lograr que el valor que perciben tus clientes de tu producto sea mucho mayor al precio que pagan por él. Que lo vean como una ganga.
El buen marketing surge de la empatía, no del egoísmo.
Imagina que creas una llave. Después, empiezas a buscar en todas partes una cerradura que tu llave pueda abrir. Eso no tiene ningún sentido, ¿verdad? Bueno, eso es ser egoísta en el marketing. Pero, si partieras desde la empatía, lo primero que harías sería encontrar una cerradura y, después, confeccionar la llave.
Recuerda, el buen marketing se fundamenta en la empatía. Es más fácil crear productos y servicios para los clientes a los que quieres servir, que encontrar clientes para tus productos y servicios.
El marketing no tiene por qué ser egoísta, de hecho, el marketing efectivo no lo es jamás. El marketing es el acto generoso de ayudar a los demás a convertirse en quienes aspiran a convertirse. Implica crear historias honestas, que conmuevan y se propaguen.
Y cuando tus ideas se propagan, cambias la cultura. Construyes algo que la gente echaría de menos si no estuviera. Las ideas que se propagan triunfan.
Imagina por un momento que el proyecto en el que llevas meses trabajando ha sido financiado por un inversor que confió en ti. Sin embargo, te dio una fecha límite para hacer realidad tu proyecto, y no solo eso, además quiere ver los resultados.
Tienes algo de prisa, por lo tanto, tienes una buena excusa para bombardear con correos a todos los influencers que conoces para que te echen una mano. Pero te ignoran.
Comienzas a publicar tu idea en Facebook y te dedicas obsesivamente a controlar cuántos likes tiene tu foto. También lo publicas en Instagram. Luego en Twitter. Utilizas todos los hashtags que conoces y etiquetas a toda la gente que conoces.
Pero te ignoran. Piensas que todos son unos egoístas.
¿Y sabes qué es lo peor? Que la culpa es tuya. Que el egoísta eres tú.
Tu situación de emergencia no te da permiso para robarle la atención a tus contactos. Tu inseguridad tampoco te da permiso para acosar a tus amigos ni a los amigos de ellos.
Existe una manera más efectiva.
Ha llegado el momento de que saltes del carrusel. De que dejes de acosar e interrumpir. De que dejes de mandar correos basura con toda la porquería que escribes. Eso no te llevará a ninguna parte.
Es momento de dejar de hacer cosas corrientes para gente corriente y suponer, por otro lado, que puedes trabajar con precios más altos que los corrientes.
Es momento de que dejes de suplicarle a la gente que sea tu cliente. Y de que dejes de sentirte mal por cobrar tu trabajo.
Es momento de ser un profesional. De dejar los atajos. Es momento de empezar de verdad.
Puedes empezar siendo un buen profesional del marketing. Y, para ello, debes comprender que utilizar el marketing para resolver tus problemas es un error. El enfoque es precisamente el contrario. Debes utilizar el marketing para resolver los problemas de los demás.
¿Has escuchado la anécdota de la broca de 0,5 milímetros?
La anécdota parte de una frase: “La gente no quiere comprar una broca de 0,5 milímetros. Lo que quiere es hacer un agujero de 0,5 milímetros”.
Pero profundicemos más. Ciertamente, nadie quiere un agujero.
Lo que la gente quiere es la estantería que colgará de la pared. Es la sensación de bienestar que produce el orden una vez que todo esté colgado en la estantería. Pero espera…
Quizá también quiere la satisfacción que aporta saber que lo ha hecho solo. Quizá quiere la subida de estatus que obtendrá de su pareja cuando admire el trabajo que ha hecho.
¿A qué conclusión podemos llegar como profesionales del marketing? Modifiquemos la frase.
“La gente no quiere comprar una broca de 0,5 milímetros. Lo que quiere es sentirse segura y respetada”.
¡Bingo!
Eso es marketing.
Ares Mérida
Me ha gustado mucho ciertos aspectos que destacan la importancia de la empatía y el servicio que se realiza a la sociedad a través de nuestros productos o servicios. 90/100
Belen Blazquez
Me ha encantado. Contenido de valor claro. Muchas gracias!!!
Alonso López López
Excelente contenido de Sed.
David Iriza
Excelente libro, un poco menos practico que por ejemplo, "Como construir una storybrand" pero muy bueno para "pensar de forma marketera"
Armando Sánchez
Amen
Matias Daract
El mejor libro que he leido sobre marketing hasta ahora. 5/5 estrellas.
Manu Arias
Amplía tu visión sobre la forma de llegar a tu público.
Cés Valdivia
Este libro es una pausa necesaria. Nos hace reflexionar sobre todo lo que hacemos con nuestra marca, desde su esencia, hasta el contenido que compartimos en redes sociales. Si pudiera, le daría diez estrellas.
NACHO MACHADO
La importancia de ser lideres de cambio! Un líder generoso y empático
Narciso Juan Rios Peñaloza
Me encanto, es muy fácil de comprender los principales conceptos para aplicarlos.
Isaac Aguirre
Estupendo libro ! No sabía los principios fundamentales. Si bien ya tenía cierta noción debido a la experiencia, nunca lo había visto tan claro como con estos conceptos.
Gonzalo Udoy
me pareció muy bueno, Seth Godin es un maestro.