Introducción
Todo empieza una noche en la que estás intentando dormir y entonces, sin esperarlo, te viene a la cabeza esa idea que crees que va a cambiar el mundo... o al menos tu vida. Así empezaron grandes y pequeñas cosas que transformaron muchas vidas y así se solucionaron grandes problemas de la física o la tecnología: durante una noche en la que una persona insomne decidió encender la luz y escribir eso que se le había pasado por la cabeza. Algunos escribieron diez páginas en un fantástico ordenador portátil; otros, una nota en un post-it que a la mañana siguiente se encontraron pegado en la mesita de noche; y otros simplemente lo anotaron en esa Moleskine sin estrenar que habían titulado "cosas que quiero hacer".
En este libro, Pau García-Milà explica cómo recorrer el camino desde esa primera idea que nos asalta una noche de insomnio hasta el momento en que llega la hora de ocuparnos de no "morir de éxito". Para ello, debemos encontrar la manera de reinventarnos, saber cómo aprovechar las críticas en beneficio propio o elaborar nuestra propia definición del éxito y del fracaso. En definitiva, se trata de prepararnos adecuadamente ante las diferentes situaciones que tendremos que afrontar al iniciar un nuevo proyecto como emprendedores.
Pau habla sin complejos de su fracaso universitario (estaba matriculado en Ingeniería informática). Y es que con 17 años apenas tenía tiempo para pisar las clases, ya que por esos años ideó con un amigo las bases del sistema eyeOS, pionero en el desarrollo del denominado cloud computing, por el que los usuarios pueden acceder a sus archivos almacenados en un sitio al que se puede acceder desde cualquier terminal conectado a Internet.
Hoy en día, eyeOS se usa en 65 países, está considerado como el mayor proyecto de software libre creado en España y compite con algunos de los principales gigantes de la informática, como Google o Microsoft. Telefónica e IBM han confiado e incorporado para sus clientes las aplicaciones de eyeOS.
El libro Está todo por hacer lleva un claro mensaje en la portada: "Cuando el mundo se derrumbe, hazte emprendedor". Con un lenguaje sencillo y directo, alejado del academicismo, Pau aborda sus propias inquietudes como emprendedor y da una serie de consejos para quienes tienen el coraje de convertirse en emprendedores.
El principio de una idea
En numerosas ocasiones, las dudas iniciales interfieren en el proceso de la creatividad o impiden calibrar con cierta objetividad el valor de una idea que sí puede funcionar. Casi cualquier cosa puede empezarse en cualquier lugar y pensar que tu idea está fuera de los "casi" muy probablemente reflejará más el miedo a fracasar y la búsqueda de una excusa para no empezar, que la propia realidad.
Hay dos situaciones comunes que representan un impedimento para la innovación y el emprendimiento. Una es la de la persona que dice que nunca tiene ideas, una afirmación falsa. La otra es la de la persona que dice que siempre tiene ideas..., pero este mismo exceso le impide llegar a desarrollar ninguna. Ambas situaciones tienen los mismos resultados: parálisis e inmovilidad; pero ambas tienen una solución que lleva a la formulación correcta de la idea.
Quienes dicen que no tienen ideas son, en realidad, personas que no se detienen a pensar en lo que piensan: es como si les diese miedo hacerlo. Por otro lado, quien proclama que tiene muchas ideas y no sabe por cuál empezar, realmente tiene ideas, pero acaba por no llevar ninguna adelante. Por este motivo, es importante dedicar un espacio del día a pensar —un rato que sirva también para desconectar de todo aquello que te preocupa en el día a día, como el trabajo, la familia, etc.—. Un tiempo para reflexionar y anotar las ideas. Esta es la manera de llegar a hacernos emprendedores cuando normalmente no podríamos hacerlo.
Si dedicas un tiempo a pensar cada día y vas leyendo y releyendo tus ideas, puedes ir descartando aquellas que no son buenas o son redundantes. Y así hasta que quedan cinco ideas finalistas. En este momento hay que decirse: "Voy a intentar explicar estas idea"; y el trabajo a partir de entonces consistirá en buscar las palabras adecuadas para expresar esas ideas de manera clara y sencilla. Al hacer este ejercicio de síntesis y explicarlo en cualquier contexto entra en juego la mente colectiva. Cuando uno empieza y únicamente se puede permitir una inversión mínima, el hecho de hablar y explicar el proyecto es de gran ayuda y puede ahorrar una inversión inicial. Esto facilitará un segundo filtro.
Cuando expones tu idea en un grupo pequeño, todas esas personas se pondrán a pensar si esa idea ya existe, y lo pensarán con ganas, porque, quizá, estarán buscando como sea algo para desacreditarla. Probablemente te dirán lo malo de la propuesta, con lo que ya tendrás elementos para mejorarla mucho. Todo este proceso te ayuda a descartar ideas, porque el objetivo es quedarte con una o dos cosas. El paso siguiente es empezar.
Si ves la montaña demasiado empinada, quizás una de las mejores soluciones sea hacer un curso de alpinismo. Y se puede aprender ese alpinismo bien en instituciones como ESADE o IESE —si tenemos posibilidades económicas— o, simplemente, buscando información en Internet o pidiendo ayuda a alguien que conozca el tema. Quizás hacer la primera declaración del IVA pueda imponer, pero siempre conocerás a alguien que ya sepa cómo hacerlo y pueda enseñarte la mecánica…
O, sencillamente, puede parecer una montaña el hecho de registrar una marca comercial… Cuando el autor de este libro quiso poner en marcha su proyecto eyeOS, a él y a su socio les pedían 1000 euros por los servicios de un profesional para registrarles la marca, cuando el precio de hacerlo directamente está alrededor de 125 euros. Su respuesta fue buscar qué había que hacer, qué formularios había que rellenar y adónde había que ir. En varias ocasiones estuvieron a punto de tirar la toalla y llamar al gestor, pero, por suerte, era agosto y estaba de vacaciones, de modo que acabaron resolviéndolo por su cuenta sin ningún problema.
Cuantas más cosas hagas tú mismo (tanto burocráticas como las específicas de tu emprendimiento), más estarás aprendiendo —tanto para ti mismo, como para los otros, porque, aumentando el conocimiento personal y conociendo la mecánica, probablemente se la explicarás a otros emprendedores que te vengan a preguntar cómo lo lograste—. Además, en el caso de un potencial fracaso, cuanto más hayas hecho por ti mismo, tanto más te servirá, porque ya tendrás todo este conocimiento para ocasiones futuras.
Luis Alejandro Agudelo
Trabaja en tener ideas, trabaja en ponerla en práctica, recibe criticas, define tu éxito, sal a ganar, aprender a fracasar, esta todo por hacer , hazlo.