El hombre que tuvo la fortuna de fracasar

Resumen del libro

El hombre que tuvo la fortuna de fracasar

Por: José Luis Montes

Una historia de cómo un fracaso puede convertirse en la oportunidad que estábamos esperando
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Introducción

 

El hombre que tuvo la fortuna de fracasar narra la historia de Manuel, un empresario de éxito que un buen día se planteó su felicidad y puso en marcha los mecanismos que le iban a permitir cambiar el rumbo de su vida. Entre tanto, Manuel consiguió cumplir uno de sus sueños: desplazarse al Kilimanjaro para realizar la subida por la ruta Machame. El contenido del libro muestra cómo el protagonista de esta historia va dando los pasos necesarios que le permitirán lograr su objetivo, que es, en definitiva, ser feliz.
Este libro se dirige tanto a los aficionados a los viajes y a la montaña, como a aquellas personas que persiguen el éxito y tienen miedo al fracaso. Estos quizá encuentren en el libro algunas reflexiones que les hagan ver las cosas desde otra perspectiva. Solo con que alguien reduzca su temor al fracaso, se plante ante él con la entereza que se necesita y posea los recursos adecuados para convertirlo en una oportunidad, este libro habrá valido la pena.
Vivimos tiempos equívocos, en los que la persecución de la felicidad es una constante llena de espejismos, un camino tortuoso en el que se confunde obtener placer con ser feliz. Unos tiempos en los que la sociedad está enfermando de infelicidad, en los que el espíritu sufre más que el cuerpo. Se dice que la depresión es la enfermedad del siglo xxi en los países llamados avanzados. Es triste que eso sea sí, porque significa que los avances quizá no van en la dirección adecuada.

Éxito y fracaso

Vivimos en un sistema orientado a los arquetipos, a juzgar rápidamente por las apariencias, a clasificar a las personas en grupos, tribus, barrios, perfiles, targets, nacionalidades, tipos, clases... El ser humano occidental se siente más cómodo así, clasificando y prejuzgando. Se deja guiar por lo que las personas aparentan ser, y se basa en cómo visten, en dónde viven, en el coche o el reloj que llevan, en la marca de su bolso, en dónde veranean, en el tipo de trabajo que tienen, en si esquían y dónde, en si juegan al paddle, al golf o a los bolos, si escalan montañas o juegan al ajedrez.
Nos sentimos mejor si conducimos un coche de lujo último modelo que un pequeño utilitario de veinte años. Nos miran y nos tratan diferente según nuestra apariencia, según las marcas que llevamos encima. Las marcas, esos sellos obvios y globalmente reconocibles que certifican qué tipo de persona somos y en qué lugar de la escala social estamos. Somos deportivos o clásicos, descuidados o elegantes, de fiar o vigilar, transgresores o conservadores. Ya no somos personas, somos tipos de personas.
Todo nos empuja desde niños a participar en un sistema de valores en el que somos más cuanto más poseemos y de mejores marcas. De modo que producimos. Dedicamos gran parte de nuestro tiempo, de lo más preciado que tenemos, la vida, a trabajar, a producir. Cuanto más producimos, más dinero obtenemos a cambio y, con ello, más podemos comprar... y, con eso, seremos más. Una ecuación simple. Trabajamos = ganamos = compramos = somos. La felicidad y la seguridad en uno mismo valorada en dinero. Simple. Pero engañoso.
Por la calle nos apartamos del andrajoso que pide, pensamos que el joven con un pendiente y vestido de forma deportiva que llama a la ventanilla de nuestro coche nos va a robar y estamos convencidos de que nuestra cuñada es una feliz persona de éxito porque se acaba de comprar un descapotable o sentimos cierta envidia, aunque sea sana, por aquel amigo de la infancia que reencontramos y lleva un costoso reloj en la muñeca, dirige un banco y nos cuenta que estas vacaciones hará heliski en Canadá. Dos orillas del río: la del éxito y la del fracaso. Y todos queremos estar en el lado del río correcto. Simple, ¿verdad? Éxito y fracaso. Personas de éxito y fracasados infelices.
Huimos de todo lo que huele a fracaso y, sin embargo, fracasamos. Hasta las personas y las organizaciones más exitosas fracasan de vez en cuando. Incluso a menudo. Algunos fracasan más veces de las que consiguen tener éxito. Y, a pesar de ello, aparentan que no es así. Muestran su éxito y ocultan su fracaso. Fracasamos pero lo ocultamos, pasamos de puntillas por encima de nuestros fracasos y echamos tierra encima de ellos para que no huelan. Los olvidamos rápidamente, mientras que nos recreamos en nuestros éxitos.
Pero ¿qué es el fracaso? Si el éxito es obtener lo que deseábamos, fracasar es no alcanzar nuestras expectativas. Las nuestras, o las de quienes nos rodean. Y en el sistema en el que vivimos, ya desde niños se nos inculca cuáles son las expectativas que cuadran con el esquema estándar del éxito. Hacer una carrera universitaria, tener una familia estable, con una pareja de buen aspecto físico que a su vez tenga éxito, con unos niños buenos e inteligentes que vayan a un colegio de familias de éxito, vivir en un buen barrio, aparcar en la puerta un coche que cueste mucho dinero, trabajar en una empresa conocida en la cual ocupemos un puesto de responsabilidad en el que se mande, se toque poder, etcétera.
Esa es la rueda, y las expectativas de nuestros padres, de nuestros profesores, de nuestros amigos, de nuestra pareja y de nosotros mismos es conseguir correr en ella. Y eso es tener éxito. Y correr en una rueda con menos dorados, o simplemente no correr en ninguna rueda, es el fracaso, es estar aparte, es ser menos. A menudo no conseguimos llegar a tener la rueda del éxito de forma completa y sentimos que no hemos triunfado y que por ello nos falta algo dentro. Algunos se sienten menos. Y lo que es más paradójico: algunos llegan a obtener el éxito, cumplen las expectativas en toda su plenitud, consiguen tener y poseer el arquetipo en su totalidad, pero, a pesar de ello, no son felices en su yo más íntimo…

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Biografía del autor

José Luis Montes

José Luis Montes ha sido durante veinte años directivo de multinacionales y empresario de éxito, al mismo tiempo que escritor, conferenciante, consultor y dirigente de organizaciones sectoriales. En la actualidad combina estas últimas facetas con la colaboración y el asesoramiento de varias ONG y fundaciones, además de la organización sin ánimo de lucro Movimiento Wikihappiness, de la que es fundador. Es también un montañero experimentado y una persona exigente en su búsqueda de un desarrollo personal y espiritual coherente.

Ficha técnica

Editorial: Plataforma

ISBN: 9788496981430

Temáticas: Habilidades directivas

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