Introducción
Con un estilo más que atractivo, la utilización de técnicas sociales basadas en Internet y su mensaje esencial de “cambio”, Barack Obama ha demostrado que los empresarios y ejecutivos tienen mucho que aprender de su saber hacer político. Ahora, tras el triunfo de su campaña electoral, es el momento de recordar los obstáculos iniciales que como candidato padeció, todos ellos con signos que los hacían parecer insalvables: un nombre de resonancias musulmanas, un padre africano, una infancia hawaiana y un escueto currículum político.
Gracias a todo tipo de tácticas eficaces y novedosas estrategias, la candidatura de Obama ha pasado de ser improbable a ser inevitable. El candidato demócrata reunió al mejor equipo para conducir una campaña impecable; atrajo a decenas de miles de voluntarios (muchos de ellos tan entregados que dejaban sus trabajos o universidades para dedicarse a ella) y reunió una cantidad de dinero sin precedentes, tanto de los pequeños como de los grandes donantes de toda la vida. Sin embargo, la prodigiosa utilización de las redes sociales es lo más llamativo de toda su campaña: esta se convirtió en una enorme comunidad online con millones de miembros repartidos por todos los EEUU que invirtieron sus habilidades, tiempo y dinero para conseguir la victoria de su candidato favorito.
La envergadura de la campaña de Obama trasciende la política y alcanza también a los negocios: cualquier empresa con ansias de triunfar encontrará en ella unos estándares de excelencia a los cuales emular. Este libro es una combinación de las investigaciones de sus autores con las de diversos medios de comunicación que han seguido esta larga y emocionante carrera, junto a entrevistas a diferentes seguidores de Obama y un análisis de la información aparecida en los blogs de muy diversas personas. Su objetivo es mostrar la relevancia de este reciente acontecimiento para las empresas y sus líderes.
Un éxito para creer y emular
Hubo un tiempo en el que el gobierno de EEUU buscaba ayuda entre la comunidad empresarial. A lo largo de la primera mitad del siglo XX y durante la guerra de Vietnam, la opinión pública tenía por cierta la opinión de que los políticos de Washington no daban la talla a la hora de solucionar las emergencias nacionales y que, para lograrlo, necesitaban contar en sus equipos con la presencia de los genios de los negocios. Tal vez el más famoso de ellos fue Robert McNamara, presidente de la Ford Motor Company y Secretario de Defensa en la década de los 60.
Como consecuencia de ello, los políticos empezaron utilizar la máscara del ejecutivo. Afirmaban cada vez con más frecuencia poseer experiencia empresarial y prometían solemnemente llevar el gobierno americano “como si fuera un negocio”, algo que sus seguidores saludaban con entusiasmo. Hoy la situación ha llegado a ser la inversa: los empresarios pueden aprender de los políticos y la campaña de Barack Obama es la mejor prueba de ello. Su extraordinario manejo de las ideas, las personas y la tecnología a una escala tan masiva es un fenómeno a cuyas lecciones todo ejecutivo debería aplicarse.
Un buen número de estas enseñanzas son tan innovadoras que los cautos no se atreven a aplicarlas y otras son tan conocidas que muchos se sentirán tentados a ignorarlas, pero tanto unas como otras se pueden aprender. He aquí las fundamentales:
- Mantenerse tranquilo. Obama se reveló inmune a todos los ataques e ignoró toda distracción permaneciendo fiel a su mensaje durante los dos años que duró la campaña. Supo corregir desajustes sin culpar a los demás de ellos. Jugó duro cuando era necesario y no se dejó llevar por sus emociones cuando ello podría haber puesto en peligro el éxito de la campaña. Y, tal vez lo mejor de todo, aprendió de Abraham Lincoln cómo liderar sin perder la humildad.
- Utilizar el poder de las nuevas tecnologías sociales. Obama ganó las elecciones presidenciales de 2008 por siete puntos gracias, en gran medida, al empleo de las nuevas tecnologías sociales de nuestro tiempo para conectar con su electorado: blogs, paneles de discusión, vídeos virales y SMS a través de la telefonía móvil. Con larguísimas listas de votantes registrados, votantes indecisos y donantes potenciales, Obama creó una comunidad perfecta de partidarios, voluntarios y donantes conversos a la causa. Las empresas que obvian estas nuevas tecnologías se hacen un flaco favor.
- Adoptar y encarnar el cambio. Los líderes empresariales deben posibilitar el cambio y no defender el statu quo. No es una casualidad que con su mensaje de cambio, Obama derrotara a sus dos principales contrincantes, Hillary Clinton y John McCain. Ante el hartazgo que experimentaba la sociedad norteamericana con la clase política y ante su sed de nuevas ideas, estos dos candidatos estaban condenados a quedarse atrás en la carrera por la Casa Blanca, al no comprender que trabajaban contra ellos mismos con su énfasis en su experiencia y disponibilidad para gobernar. Mahatma Gandhi dijo: “Tenéis que ser el cambio que queréis ver en el mundo”, y eso fue lo que Obama representó para sus seguidores durante la campaña. De igual modo, cualquier empresa o líder empresarial debe creer en el cambio y trabajar sobre él si quiere ser “de la gente y para la gente”.
Tacoremi Tejera Cabrera
Un libro bastante simple, pero con una idea de la figura que hay que ser para el publico al que te diriges y para las personas para las que eres lider.
Jesus Gonzales Andía
Buen libro <3.
Eiren Durán
Medir tus movimientos y saber cuándo, dónde y en qué momento actuar, es una de las mejores lecciones que me llevo de este libro.
Enrique Calero
Barack Hussein Obama, un buen ejemplo de desarrollo de carácter.
Pablo Díaz
no es de mis presidentes favoritos, pero el libro me gusto bastante