Antes de embarcarte de lleno en el descubrimiento de tu PORQUÉ, es necesario que comprendas un concepto muy importante: el Círculo Dorado.
Verás. El Círculo Dorado lo conforman tres palabras: QUÉ, CÓMO y POR QUÉ. Cada persona (y cada organización) opera en esas tres palabras o en esos tres niveles. El QUÉ son las cosas que hacemos (por ejemplo: los productos que vendemos, los servicios que ofrecemos o los trabajos que realizamos). El CÓMO es nuestra manera de hacer las cosas, aquello que nos hace diferentes al resto. Y el PORQUÉ son nuestras más profundas creencias y motivaciones; pero algo raro ocurre en este nivel, y es que muy pocos sabemos articular de forma clara el porqué de lo que hacemos.
Pero, detengámonos un segundo; puede que estés pensando: «La mayoría trabaja por dinero, ¿no?». Y claro, eso parece un porqué obvio, pero no es así. El dinero es solo una consecuencia. El PORQUÉ va mucho más allá.
Pongamos un ejemplo: imagina que tienes una empresa que vende papel y estás tratando de vender tu producto a nuevos clientes. Normalmente, lo primero que explicas es lo que haces y, luego, cómo lo haces. Conoces tu QUÉ y tu CÓMO. Por lo tanto, tu discurso de venta se enfoca en esos dos niveles. Sería algo así: «Vendemos papel. Ofrecemos un producto de la más alta calidad al precio más bajo posible. ¿Quiere comprarlo?». Es un planteamiento totalmente racional, ¿verdad? Define claramente lo que hace tu empresa. Persuades a tus clientes hablándoles de las características y ventajas de tu producto. Y, aunque esto pueda funcionar a corto plazo, no lo hará en el largo plazo: tus clientes se irán tan pronto como encuentren un trato mejor con tu competencia. No lograste conseguir su lealtad; la lealtad no se consigue dando explicaciones.
Pero ¿qué pasaría si comenzaras tu discurso de venta teniendo en cuenta el PORQUÉ? Considerándolo, tu discurso sería algo así: «¿De qué sirve una idea si no puede compartirse? Nuestra empresa ha sido creada para difundir ideas. Hay muchas formas de compartir ideas y una de ellas es la palabra escrita. Nosotros hacemos el papel para esas palabras. Lo hacemos para reflejar grandes ideas. ¿Quiere comprarlo?».
Este planteamiento es totalmente distinto, ¿no? Empezar con el PORQUÉ hace que un producto tan cotidiano como el papel suene mucho mejor. A diferencia del primer discurso, la descripción de este no se basa en características o ventajas, ni en hechos o cifras. No digo que esas cuestiones no sean importantes, sino que no deben ir al principio. Comenzar con tu PORQUÉ tiene un valor más emocional e influyente.
Cuando empezamos con el PORQUÉ, decimos qué es nuestra empresa y cuáles son sus valores e ideas. Y si tu cliente coincide con esos valores e ideas, es probable que te sean leales, aun si tu competencia llega a ellos y les ofrece un mejor precio. Cuando empiezas con el porqué, generas lealtad.
Las empresas que inspiran y se ganan la confianza de sus clientes son las que nos hacen sentir que estamos consiguiendo algo más importante que ahorrarnos un céntimo. Esa es la razón por la cual siempre le compramos a la misma empresa, aun cuando no venda el producto más barato o el mejor. Y lo hacemos porque, nos guste o no, no somos seres totalmente racionales. A decir verdad, somos más emocionales. Lo que sentimos es, sin duda, más poderoso que lo que pensamos. Por lo tanto, la clave es generar sentimientos.
Sin embargo, existe un problema con los sentimientos: es muy difícil expresarlos. A nuestro cerebro le cuesta hacerlo. Pero esto no lo digo yo, lo dice la ciencia. Todo el concepto del Círculo Dorado está basado en la forma biológica del ser humano para tomar decisiones. De ahí que el Círculo Dorado sea muy semejante a la estructura del cerebro. Así, el QUÉ corresponde a la parte exterior del cerebro, a nuestro neocórtex. Esta es la parte responsable del pensamiento analítico y racional, y también del lenguaje. El CÓMO y el PORQUÉ corresponden a las secciones centrales del cerebro, al sistema límbico. Es la parte responsable de los sentimientos y de la toma de decisiones, también de la confianza y la lealtad. Pero sucede algo interesante: a diferencia del neocórtex (que es la parte racional), el sistema límbico no tiene capacidad lingüística. No puede hablar.
La buena noticia es que podemos aprender a ponerles palabras a los sentimientos. Y aprender a hacerlo es fundamental para poder articular nuestro PORQUÉ. Pero no te preocupes, mi misión es enseñarte a hacerlo. Una vez que aprendas a expresar con palabras tus sentimientos, serás capaz de articular tu PORQUÉ. Podrás identificar de forma clara lo que te hace sentirte realizado.
Recuerda que la estructura de tu PORQUÉ es el Círculo Dorado, y el Círculo Dorado explica la manera en la que tomamos decisiones. En otras palabras: cuando descubras tu PORQUÉ sabrás claramente lo que estás buscando y así podrás tomar mejores decisiones. Nunca más tendrás que jugar a la lotería tomando decisiones intuitivas que no puedas explicar. De ahora en adelante trabajarás con un propósito. Descubramos cuál es.
Ares Mérida
Aplicando la teoría del círculo de oro seremos capaces de actuar en aras de tener una vida más plena y acorde a lo que queremos conseguir y cómo lo queremos lograr. Un qué cómo y porque alineados nos permitirán ser más visibles y efectivos a la hora de solucionar problemas para la gente de nuestro alrededor, como clientes, compañeros de trabajo o amigos 90/100.
Ricardo Alvarez
Un libro muy inspirador y sin duda el círculo de oro te permite t9msr un camino de trascendencia
Armando Sánchez
Encuentra tu Porque y empieza por el porque van de la mano, se complementan de forma magnifica. Importantísimo antes de empezar cualquier empresa u objetivo o como alguien diría comenzar con un fin en mente.
darwin casco
btutal.
Alin Alexandru Kis
Tatúa en tu mente el Círculo Dorado.
Jorge Arenas
Increible